Contextos

¿Quién financia a los rebeldes sirios?

Por Pablo Molina 

"'The New York Times' documentó en febrero la existencia de envíos de armamento a los rebeldes, financiados por Arabia Saudí""La UE parece haber superado sus recelos a que su armamento llegue a los abundantes grupos radicales islamistas incrustados en las filas enemigas al régimen baazista y ha decidido suspender el embargo el próximo 1 de junio"

La eterna disputa de suníes y chiíes por el liderazgo del mundo musulmán vive uno de sus capítulos más cruentos con la guerra civil de Siria. Así, los opositores a Bashar al Asad, que profesa el alauismo, credo surgido del chiismo, reciben apoyo de Gobiernos suníes. Entre estos últimos, Arabia Saudí y Qatar son los que más se están significando, con la entrega de 6.000 y 3.000 millones de dólares, respectivamente, según las cifras aproximadas que se atreven a dar los principales expertos. Sin embargo, la opacidad con la que se producen estas transacciones hace muy difícil precisar el origen de los fondos y las armas con que el bando rebelde está consiguiendo mantener la lucha, tras dos años de guerra.

Qatar y Arabia Saudí, que a su vez compiten por llevar la voz cantante en el mundo suní, no han escatimado declaraciones expresas de apoyo a los rebeldes sirios, mayoritariamente suníes. La posibilidad de desbancar del Gobierno de un país clave como Siria a una minoría religiosa enemiga de los suníes es demasiado atractiva como para abandonar a su suerte a los opositores del régimen baazista. Qatar y Arabia Saudí, con los Emiratos Árabes Unidos colaborando también, aunque en un segundo plano, se han implicado en el conflicto sirio y todo hace indicar, ya digo, que no sólo de forma retórica.

Cuestión distinta es conocer el destino exacto de esas cantidades que las dinastías del Golfo Pérsico están facilitando a los grupos rebeldes, y su utilidad en la lucha contra el ejército de Al Asad, porque todo parece indicar que los insurrectos sólo disponen de armas ligeras y equipos de combate muy básicos, lo que hace muy difícil que puedan alzarse con la victoria ante un enemigo bien pertrechado.

El periódico The New York Times documentó el pasado mes de febrero la existencia de envíos de armamento a los rebeldes financiados por Arabia Saudí. Por lo que hace al chií Irán, hace lo propio con el régimen baazista. Desde el pasado mes de diciembre, los envíos de armas al bando rebelde se estarían produciendo desde Croacia, y se trataría de remanente de la Guerra de los Balcanes; pero, nuevamente, se trataría de rifles de asalto, lanzagranadas, morteros y algunos lanzacohetes antitanque, material insuficiente para amenazar a un Ejército potente como el sirio.

La corrupción en las transacciones de todo tipo, habitual en las dictaduras árabes, y la imposibilidad de apoyar abiertamente a los rebeldes por parte de los países partidarios de derrocar a Bashar al Asad mantienen la guerra en una situación de equilibrio, en la que todo el sufrimiento recae sobre la población civil. Es comprensible que los países del Golfo Pérsico, con Qatar y Arabia Saudí a la cabeza, sean los que más se signifiquen a la hora de demandar a Occidente que levante el embargo de armas sobre Siria. La UE parece haber superado sus recelos a que su armamento llegue a los abundantes grupos radicales islamistas incrustados en las filas enemigas al régimen baazista y ha decidido suspender el embargo el próximo 1 de junio. A partir de esa fecha habrá un lapso de dos meses de cortesía en atención a los esfuerzos de EEUU y Rusia para solucionar la crisis con una conferencia de paz, en la que podrían participar todos los actores implicados. Si el intento de alcanzar un acuerdo fracasa, la UE tomará el relevo a los países del Golfo Pérsico, cuyas dinastías reinantes serán, una vez más, las principales beneficiarias de la política exterior de las naciones libres de Occidente.