La prensa en Israel es anterior no sólo al Estado, sino al propio movimiento sionista.
Irán y sus terroristas palestinos están más decididos que nunca a borrar a Israel (y a EEUU) del mapa.
Estamos ante un ataque directo contra la imagen de Israel y ante exactamente lo que trata de hacer la izquierda interseccional.
Se sigue derramando sangre judía como consecuencia de los errores cometidos por los arquitectos de Oslo.
Los medios de comunicación occidentales, las Naciones Unidas y la mayoría de los políticos ignoran este abuso generalizado de menores.
Quienes corean ese cántico están haciendo el caldo gordo a terroristas islámicos genocidas.
Estamos no sólo ante una cobertura sesgada sino ante una desgracia moral.
Quienes están ansiosos por que Biden empiece a aumentar la presión sobre Netanyahu tienen poca memoria.
¿Cómo caímos millones de palestinos bajo el control de este tirano y cómo podemos recuperar nuestra libertad?
Su capacidad de liderazgo no tiene parangón con la de ningún rival o aliado político.