Revista de Prensa

Ominoso servilismo de Occidente a los ayatolás

 

Amir Taheri, presidente de la Junta Directiva del Gatestone Institute en Europa, denuncia la hipocresía de los líderes occidentales cuando visitan la República Islámica y rinden pleitesía al régimen de los ayatolás.

El presidente austriaco, Heinz Fischer, cuyo mandato ya ha finalizado, puso flores en el mausoleo del ayatolá Jomeini y elogió al déspota bajo cuyo mandato se ejecutó a más de 120.000 iraníes como “un hombre de paz y espiritualidad”.

(…) dos gobernantes se comportaron con dignidad. Una fue la presidenta surcoreana Park Geun Hye, que lució un vestuario normal y se puso un fino tocado blanco, sin decir una palabra en elogio de la mulocracia. La otra fue la presidenta de Croacia, Kolinda Grabar-Kitarovic (…)

Sin embargo, el primer premio a la conducta digna corresponde a la canciller alemana, Angela Merkel. Que simplemente rechazó visitar la República Islámica porque no quería ponerse el hiyab y vestirse para una farsa que sanciona una tragedia.

Catorce años después de su constitución, la entidad conformada por EEUU, Rusia, la Unión Europea y la ONU ha emitido su primer informe; en el que, denuncia Elliot Abrams, asesor de los presidentes Reagan y Bush junior, queda de manifiesto un tremendo desconocimiento del conflicto que pretenden ayudar a solucionar, el palestino-israelí.

El principal problema con este informe es que todo en él se refiere a lo que está “dañando el proceso de paz”, cuando el hecho es que no hay tal proceso. No lo hay desde 2008, cuando el presidente de la OLP, Mahmud Abás, rechazó la oferta del primer ministro israelí, Ehud Olmert, y 2009, cuando la Administración Obama estableció la paralización completa de la construcción [en los asentamientos israelíes] como condición para unas negociaciones directas.

(…)

Debería ser posible para el Cuarteto y los órganos de la ONU expresar su oposición a la expansión de los asentamientos por parte de Israel sin equipararlos con el terrorismo [palestino]. El ‘proceso de paz’ no irá a ningún lado hasta que pare ese terrorismo y la Autoridad Palestina abunde en lo que que pide acertadamente el Cuarteto: acabar con la incitación –y la recompensa– al asesinato.

El viaje oficial del primer ministro Netanyahu a los países de esa región ha servido para estrechar lazos entre varias naciones africanas y el Estado judío. El analista del The Jerusalem Post Herb Keinon pone de relieve que el principal interés de esos países, que sufren el azote del terrorismo islámico, es la colaboración en materia de inteligencia y seguridad.

Tres de los cuatro [países visitados por Netanyahu] –Uganda, Kenia y Etiopía– se enfrentan al terrorismo de los extremistas islámicos, y Ruanda está preocupada por el efecto contagio. Estos países temen que lo que ha ocurrido en Libia, Mali y Costa de Marfil pueda ocurrirles a ellos también.

Por esa razón están interesados en forjar lazos estrechos con Israel. No se trata sólo de obtener agua, energía y conocimientos sobre agricultura, sino sobre todo de obtener conocimientos y asistencia israelí sobre cómo combatir el terrorismo.

Estos países, y otros más del África subsahariana, están más preocupados con cuestiones de seguridad interior de lo que lo estaban hace 20 años, y ven a Israel como un país con una gran experiencia –y tecnología– en la materia.