Tony Badran, de la Foundation for Defense of Democracies, denuncia la impunidad con la que opera el dictador sirio, pese a los crímenes que está cometiendo contra su propio pueblo, al que ha inmerso en una guerra terrible.
Obama y otros políticos influyentes, como el alcalde de Londres, Boris Johnson, permiten a Asad seguir siendo un actor crucial en el horizonte político de Siria.
Asad no es un sicario corriente. Mientras su padre, un jefe de la vieja escuela, era conocido por disolver en ácido las extremidades de sus víctimas, él ha gaseado a miles de personas. Lo hizo repetidamente durante varios meses mientras EEUU miraba y no hacía nada. Fue entonces que Asad comprendió que podría irse prácticamente de rositas mientras la Administración Obama siguiera intentando mantenerse fuera de Siria a toda costa.
Cuando forzó aún más la situación con un gran ataque químico, en agosto de 2013, todo el mundo pensó que le había llegado la hora. Pero Obama, con ayuda de Vladímir Putin, lo dejó estar con un acuerdo amable que le permitió seguir asesinando a la gente; pero con vapor de cloro, en vez de con gas sarín.
Asad lleva años saliéndose con la suya. Aun ahora es visto como un socio fundamental contra el terrorismo, incluso aunque esté aliado con Hezbolá en el campo de batalla. No sólo eso, es un héroe por ‘liberar’ las ruinas de Palmira. “La victoria de Asad es una victoria para la arqueología”, celebró el hecho Boris Johnson. Seguro. Sus matones cortaron los genitales a un chico de 13 años y enviaron a sus padres su cuerpo mutilado (…), pero al menos cree en un cierto “grado de civilización”.
Turki al Dajil, director general de Al Arabiya, utiliza aquí el ejemplo del despegue económico de Corea del Sur para justificar el optimismo ante las ambiciosas previsiones del programa Saudi Vision 2030.
En 1962 la renta per cápita de Corea del Sur era de 87 dólares, mientras que en 2011 se situó alrededor de los 22.500. En 1962, el valor de sus exportaciones estaba estimado en 45,7 millones de dólares, mientras que en 2011 llegó a los 555.200 millones. Sus importaciones fueron de 421,8 millones en 1962 y de 424.400 millones en 2011.
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La Saudi Vision 2030 es muy ambiciosa, dicho sea sólo como recordatorio y no para desalentar a nadie. El programa no va a dar resultados hoy o mañana. Requerirá tiempo, paciencia y trabajo duro. El futuro será mejor gracias a Dios todopoderoso.
El analista Murat Yetkìn escribe sobre lo que a su juicio son los tres grandes retos que tiene ante sí el primer ministro turco: el acuerdo de libre circulación con la UE, las conversaciones para la reunificación de Chipre y, last but not least, las relaciones con Israel.
Erdogan dijo en Croacia que el embargo sobre Gaza podría resolverse con una planta flotante de energía eléctrica acoplada al puerto israelí de Ashdod que proporcionara electricidad a la Franja. Las relaciones diplomáticas entre ambos países han estado a un nivel reducido desde 2010, cuando comandos israelíes mataron a nueve ciudadanos turcos a bordo del ‘Mavi Marmara’, un barco que tomó parte en una flotilla dirigida a Gaza para romper el embargo. La exigencia de disculpas como condición ya fue cumplida por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, con la mediación del presidente estadounidense, Barack Obama, y Erdogan dijo que había habido una mejora en el pago de las compensaciones a las familias de las víctimas. Davutoglu y su equipo diplomático han estado trabajando duro durante los últimos meses para estrechar lazos con israel, lo que sería bueno para las relaciones [turcas] no sólo con EEUU, también con la Unión Europea.