Qué mejor que sacar a colación al Profeta cuando un entrevistador te asesta la siguiente pregunta: «El diputado [Faisal al Dowaisan] y otros políticos le han acusado de tener negocios con los saqueadores judíos. ¿Qué hay de cierto en esta acusación?». Eso debió de pensar Abdelramán al Jirán, miembro del Parlamento kuwaití, salafista, pues eso fue precisamente lo que hizo:
Cuando examinamos la cuestión objetivamente, desde un punto de vista académico, vemos que el profeta Mahoma, hacia el final de su vida, tuvo tratos con judíos, sobre todo con su vecino.
Al que dejó una deuda por saldar, llega a agregar.
No contento con eso, y tras recordarle que los palestinos y todos los vecinos de Israel comercian con el Estado judío, pregunta a su judeófobo interlocutor si tiene teléfono celular, y si en el teléfono tiene Google… «Bueno, pues también Google es una empresa judía», concluye.