Un destructor naval y otro buque de guerra han sido enviados por Teherán a las aguas yemeníes para defender a los huzis de los ataques de Arabia Saudí, que encabeza una coalición de países árabes suníes.
El jefe del Poder Judicial iraní, Sadeq Amoli Lariyani, ya advirtió a Arabia Saudí de que esta “agresión flagrante de un Estado [que dice liderar el] islam contra el pueblo musulmán de otro país que quiere decidir su destino no quedaría sin respuesta».
Eso ha dicho el presidente Ruhaní en un discurso televisado sobre las negociaciones a propósito del programa nuclear iraní, en marcha después del pacto preliminar aprobado el pasado 31 de marzo.
«No firmaremos ningún acuerdo a menos que todas las sanciones sean levantadas el mismo día».
Las nuevas instalaciones se pondrán en marcha tan pronto como el acuerdo nuclear entre en vigor. Conocidas como IR8, las nuevas centrifugadoras iraníes son capaces de enriquecer uranio 20 veces más rápido que las IR-1 que se utilizaban hasta ahora.
El representante de Moscú en el Consejo de Seguridad se ha negado a apoyar un borrador de resolución que pretende acabar con la entrega de armas a la milicia chií yemení. Rusia quiere que el embargo armamentístico afecte a todas las partes en conflicto, no sólo a los huzis y sus partidarios. La posición de Rusia ha sido respaldada por Venezuela.
Según John O. Brennan, el estancamiento económico de Irán fue clave en la llegada a un acuerdo. Brennan ha añadido que los seis años de sanciones y el desplome económico que ponía en peligro el propio régimen hicieron que el ayatolá Jamenei se replanteara la firma del pacto.
Ruhaní fue quién persuadió al Líder Supremo para que accediera al acuerdo. «Creo que con el tiempo Ruhaní fue capaz de explicar a Jamenei cuán desafiante era el entorno económico en el que estaba Irán en este momento», reiteró Brennan al hablar de la recuperación del país tras el levantamiento de las sanciones.
Un total de 227 yazidíes, entre los que hay mujeres y niños, han sido liberados en Kirkuk, según ha confirmado el general de las fuerzas kurdas Westa Rasul. Todos ellos fueron puestos en libertad el lunes en la provincia de Nínive, al noroeste de Kirkuk, pero hasta dos días después no llegaron hasta el territorio controlado por los kurdos.
Se trata de la segunda liberación masiva de los cientos de yazidíes que fueron secuestrados el año pasado.
Los agentes estaban patrullando las calles de la capital saudí a la 1:30 de la noche cuando fueron atacados desde un vehículo no identificado.
Zamer Amran al Mutairi y Abdulmosen Jalaf al Mutairi son los nombres de los dos fallecidos.
El mes pasado otros dos policías fueron asesinados en un ataque similar en Riad.
Nadie ha reivindicado la autoría de este atentado.
Según el nuevo secretario de Defensa estadounidense, Ashton B. Carter, la filial de Al Qaeda en Yemen ha aprovechado el caos para expandirse sobre el terreno. «Al Qaeda en la Península Arábiga se ha aprovechado del colapso del Gobierno central», dijo Carter, y advirtió de que el grupo tenía «la ambición de atacar objetivos occidentales, norteamericanos incluidos».