El presidente turco goza de la aprobación mayoritaria de su pueblo, lo que le permite seguir actuando unilateral y dictatorialmente en asuntos con los que, incluso, se pone en riesgo un futuro acuerdo con la Unión Europea.
Dada la manera en que Erdogan ha intensificado su retórica antioccidental, algunos temen que las relaciones de Ankara con EEUU y Europa seguirán siendo tensas en el futuro previsible respecto a una serie de asuntos aparentemente irreconciliables.
El enfoque amenazante de Erdogan hacia Occidente es lo que lo hace ser querido por las masas islamistas conservadoras. Enfrentado a la necesidad de apoyo político en su proyecto de una nueva Constitución que le otorgue el poder del que actualmente carece como único lider de Turquía, no es probable que Erdogan vaya a alterar a corto plazo su línea populista.
El analista y escritor Cendig Çandar cree que la elección del presidente turco para sustituir a Ahmet Davutoglu al frente del Gobierno es perfectamente consecuente con la operación diseñada por Erdogan para hacerse con el poder absoluto en Turquía.
Dicho esto, quien piense que Yildirim será un primer ministro de perfil bajo está equivocado. No lo será. No deberíamos olvidar que es un experto operador, resolutivo y firme en su lealtad a Erdogan. Los asuntos internacionales y los cambios legislativos en la política doméstica que se interponen para cambiar Turquía entran en dominio y la jurisdicción de Erdogan. Yildirim los conoce todos y los apoya. Por consiguiente, es la mejor elección, sin rival posible, para Erdogan.
Un reportaje de BBC News valora el impacto negativo del terrorismo para el sector turístico egipcio, a la luz de los numerosos atentados en la zona contra intereses occidentales y tras el reciente siniestro del avión de Egypt Air.
No es de extrañar que el número de turistas en Egipto esté descendiendo. En 2013 había caído un tercio de los 10 millones anuales y, sin duda, ha descendido aún más desde en tonces.
El año pasado, los ingresos por turismo estaban por debajo de la mitad respecto a las cifras de 2010, en torno a 6.100 millones de dólares.
Los touroperadores internacionales pueden resistir esa clase de colapso en la demanda: sólo tienen que promover destinos alternativos percibidos como más seguros.