Revista de Prensa

Así era el terrorista de la matanza de Susa

 

Seifedín Rezgui, de 23 años, asesinó a 38 turistas en un complejo hotelero de la costa de Túnez antes de ser abatido por la Policía. Rezgui era aficionado a la música rap y un forofo del Real Madrid, pero hace seis años algo le cambió. Tras recibir entrenamiento en Libia, volvió a su país a perpetrar una matanza. El diario argentino Clarín ha publicado este perfil biográfico:

Su página en Facebook, muestra la transformación del joven hacia el radicalismo islámico.

Hasta hace un año, su muro en la red social estaba dedicado al amor por su club, el Real Madrid, el breakdance y la música rap. Pero tiempo después, empezó a subir comentarios de apoyo al Estado Islámico y a compartir videos de propaganda de grupos terroristas.

“Si el amor por la jihad es un crimen, el mundo entero podrá ver que soy un criminal”, había escrito.

Su último ingreso en el muro de Facebook es -según dice el MailOnline- del 31 de diciembre, donde denuncia a quienes celebran al año nuevo como infieles o ‘kuffar’.

“Que Dios me saque de este mundo injusto y mate a su pueblo y lo haga sufrir”, escribió.

Stephen Schwartz y Veli Sirin analizan en este artículo las consecuencias de las legislativas que acaba de celebrar Turquía, en las que la formación del presidente Erdogan, el Partido Justicia y Desarrollo (AKP), ha perdido la mayoría absoluta.

Para los autores, la irrupción del pro kurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) es el factor principal que puede determinar el futuro inminente de Turquía. 

Si los partidos turcos no pueden hacer una coalición de Gobierno tendrán que celebrarse nuevas elecciones. Los votantes decepcionados con el AKP –campesinos de Anatolia, beneficiarios de las pensiones de jubilación y otras reformas– podrían volver al redil. Además, Abdulá Gül, sustituido en la presidencia [del país] por Erdogan en 2014, podría asumir un nuevo papel. Por encima de todo, Turquía no es Rusia y Erdogan no es Putin. Aunque algunos observadores comparan el HDP con el partido izquierdista griego Syriza, la formación kurda no tiene una agenda extremista.

Las elecciones turcas mostraron que los autócratas, que parecen en ascenso en todo el mundo, pueden tropezar. (…)una Turquía musulmana y cristiana, moderna y tradicional, europea y asiática, religiosa y laica y con un lugar para los kurdos ha llegado al escenario de la Historia. Merece un respeto.

Una de las primeras acciones de los terroristas del Estado Islámico al conquistar Palmira, la ciudad siria famosa por sus ruinas greco-romanas, fue destruir la prisión de Tadmur, símbolo de la represión de la dinastía de los Asad contra la disidencia.

Las torturas y asesinatos eran harto frecuentes en el presidio, según se detalla en este reportaje de la BBC.

Un día después de un fallido intento de asesinato de Hafez al-Assad, miembros de las mal reputadas Brigadas de Defensa, encabezadas en ese momento por el hermano de Assad, Rifaat, volaron desde Damasco hacia Tadmur en helicóptero. Los soldados pasaron de celda en celda, disparando los presos con ametralladoras.

Nadie sabe exactamente cuántos murieron, pero un informe de la organización de derechos humanos Amnistía Internacional (AI) de 2001 estima que entre 500 y 1.000 personas fueron asesinadas en tan sólo unos minutos, la mayoría de ellos eran miembros o presuntos simpatizantes de los Hermanos Musulmanes.

Se dice que sus cuerpos fueron arrojados en una fosa común afuera de la prisión.

La manera en que la sociedad israelí entiende el uso de las armas de fuego como un elemento de protección es distinta de la estadounidense. Mientras en EEUU prácticamente todo el mundo puede comprar un arma, en Israel ese derecho está más restringido. Sin embargo, el hecho de que gran parte de los israelíes pase por el Ejército y que los soldados puedan llevarlas en la calle hace que sean más visibles en Israel que en EEUU, donde los índices de mortalidad por arma de fuego es superior.

Tal y como Obama observó: a pesar de los cientos de miles de armas legal e ilegalmente adquiridas en Israel y del estrés de la sociedad, los israelíes se matan unos a otros con armas de fuego en una pequeña fracción de lo que lo hacen los americanos. Como Estados Unidos, Israel es una sociedad formada en los derechos de los ciudadanos. Al contrario que en EEUU, sin embargo, esos derechos no se extienden a la propiedad de las armas de fuego. De momento, esa parece ser toda la diferencia.