Revista de Prensa

Abás culpa a Israel del fracaso del proceso de paz

 

"El Gobierno provisional libio recupera el control de dos importantes puerto petroleros y podría tomar otros dos en los próximos días, aún en manos de los rebeldes"

El presidente de la Autoridad Palestina estaría dispuesto a retomar las conversaciones de paz con la condición de que el Gobierno israelí ponga en libertad al último grupo de presos palestinos y congele la construcción de viviendas en los asentamientos.

En una entrevista recogida ayer por la agencia palestina Maan, Abás señaló también que fueron los israelíes los que suspendieron las negociaciones y recordó que Tel Aviv amenazó con suspender la entrega de dinero a la Autoridad Palestina, lo que a su juicio es una actitud “mafiosa”.

Se trata de las instalaciones portuarias de Hariga y Zuetina, las primeras en pasar a manos de las autoridades libias en función de un acuerdo con las fuerzas rebeldes que se está tratando de llevar a la práctica, no sin dificultad.

El ministro de Justicia aseguró ayer además que los puertos de Ras Lanuf y Es Sider reabrirán también en breve. Entre los dos complejos, Libia exporta más de 300.000 barriles de petróleo diarios, lo que supone una fuente de ingresos vital para el país.

Hoy tendrá lugar en Bruselas una cumbre de alto nivel entre los países europeos y Estados Unidos con el fin de buscar medidas que eviten la salida de islamistas de suelo europeo para ir a luchar al conflicto sirio. Desde que comenzó la guerra de Siria se calcula que más de 2.000 europeos han acudido a enrolarse en el conflicto. Los países miembros de la UE temen que vuelvan a sus países aún más radicalizados por el riesgo que ello conlleva para la seguridad del Continente.

Las Fuerzas armadas yemeníes entraron ayer en la ciudad de Azzan, en la provincia de Shabua, cumpliendo así el principal objetivo de la ofensiva militar desatada hace diez días contra los yihadistas en el sur del país. Tras recuperar el control de la región montañosa de Al Mahfad, Azzan era el último bastión de Al Qaeda en la Península Arábiga, por lo que el Gobierno ha anunciado que “la estabilidad está volviendo a estas regiones que han sido limpiadas de terroristas”.