El régimen iraní ha demostrado ser una despiadada fuerza terrorista que sabe cómo exprimir a EEUU.
A Teherán le sale a cuenta secuestrar norteamericanos: acabamos recompensándole por ello.
Washington está preso de los intereses de Teherán en Oriente Medio.
Estremecedor testimonio de exprisioneros de la organización del ‘califa’ Bagdadi.
Entre ellos figurarían yihadistas que se habrían negado a perpetrar asesinatos.
34 años después cabe preguntarse si la toma de la embajada de Teherán fue inevitable y si Estados Unidos podría volver a sufrir una crisis semejante.
Israel tiene derecho a preferir prevenir la muerte de sus propios civiles que la de los civiles del enemigo.
El vendaval de israelofobia desplegado por jugadores y aficionados es malo para la paz.
Porque no anda Israel de por medio: así de sangrante.
Elegir qué antisemitismo se combate según la filiación ideológica de quienes lo promuevan es inmoral.