Al actuar poderosa y decisivamente contra los malos, Israel salva vidas árabes y judías (y occidentales)
No se ve ninguna luz al final del túnel.
La destrucción de los túneles beneficiará no sólo a Egipto, sino a Israel y a los palestinos contrarios a los radicales islamistas.
Las polémicas medidas egipcias en la lucha contra el terrorismo no suscitan las condenas internacionales, como sucede con Israel.
Han motivado a los palestinos a creer que todavía tienen una oportunidad de conseguir doblegar a Israel.
Estamos no sólo ante una cobertura sesgada sino ante una desgracia moral.
Antes de que se firmaran los Acuerdos de Abraham, hablar del Holocausto era efectivamente tabú en el mundo árabe.
Los libros de texto palestinos son cada vez más criminalmente israelófobos y antisemitas.
La paz es imposible mientras os dirigentes palestinos sigan excitando el antisemitismo y la israelofobia.
Ante la perspectiva de un empeoramiento brusco y profundo de las relaciones entre ambos países, los argumentos para temerse lo peor son poderosos.