Para los teócratas iraníes, lo sustancial es la supervivencia de su dictadura.
No se debería permitir a Erdogan poseer ese tipo de armamento.
Pero carga contra Netanyahu por su oposición frontal a un acuerdo con Teherán.
Teherán no va a cumplir. Como no ha cumplido Damasco.
Ésta, y no las minucias del acuerdo de Lausana, es la cuestión.
La Inteligencia israelí afirma que Teherán ha comenzado sus ensayos con armas atómicas.
Este asunto debería suponer para Washington un aviso de las verdaderas intenciones de la República Islámica.
La República Islámica es una amenaza formidable aun sin armas nucleares.
El problema no son las armas nucleares sino la misma República Islámica de los ayatolás.
Es imprescindible que tomemos las medidas necesarias para impedir que los ayatolás se hagan con armas nucleares.