El antisemita sofisticado emplea trazos de la realidad para desfigurar el dibujo.
“Condeno vehementemente sus declaraciones, ninguna causa puede justificar el revisionismo y el negacionismo”.
El Ministerio de Asuntos de la Diáspora va a ampliar su denominación para llamarse Ministerio de Asuntos de la Diáspora y para el Combate del Antisemitismo.
Ningún Estado –ni siquiera Irán– ha contribuido tanto a la distorsión del Holocausto como la URSS y Rusia.
Elegir qué antisemitismo se combate según la filiación ideológica de quienes lo promuevan es inmoral.
Madrid debe unirse a las democracias que han boicoteado este nuevo aquelarre israelófobo.
«Combatir a quienes proclaman que los judíos son los nazis de nuestro tiempo es una obligación».
La joven congresista demócrata odia a Israel con un odio cebado con judeofobia.
La deslegitimación de Israel, ese doble rasero aplicado al Estado judío, es la expresión moderna del antisemitismo clásico.
«Israel es importante para mí, mucho».