Para muchísimos judíos norteamericanos Israel es un país de fantasía, un lugar en el que practicar turismo intelectual.
Quienes se preocupan por la libertad religiosa y la preservación de los santos lugares deberían extraer las lecciones pertinentes de lo que está sucediendo en Turquía.
Cuánto pretendido ‘activista por los derechos humanos’ no es más que un fanático cegado por la ideología.
El daño que hacen a su propio pueblo es tremendo.
Los antiisraelíes, a la gresca en The New York Review of Books.
El mundo necesita saber a qué se enfrenta el Estado judío y por qué es odiado.
Frente a quienes le acusan de apoyar al régimen militar egipcio, Israel sólo tiene un interés: mantener el acuerdo de paz.