Jerusalén da la batalla por Hebrón.
Resulta inevitable que se convierta en un monumento al fracaso del nacionalismo palestino.
El premier israelí no cree que esa solución sea factible en estos momentos.
Tras la visita papal, queda claro: los judíos tienen que seguir controlando Israel en general y Jerusalén en particular.
EEUU no es Oriente Medio no pretende serlo.
Lo organizan como una suerte de ‘represalia’ por las caricaturas de Mahoma en ‘Charlie Hebdo’.
Antes de que se firmaran los Acuerdos de Abraham, hablar del Holocausto era efectivamente tabú en el mundo árabe.
Ningún Estado –ni siquiera Irán– ha contribuido tanto a la distorsión del Holocausto como la URSS y Rusia.
Quienes se preocupan por la libertad religiosa y la preservación de los santos lugares deberían extraer las lecciones pertinentes de lo que está sucediendo en Turquía.
El Estado judío ha conseguido mucho en muy poco tiempo y con el viento en contra, pero sigue teniendo planteados desafíos formidables.