Irán no necesita nuestro apaciguamiento, sino una nueva revolución.
Riad encabeza el acercamiento árabe al Estado judío.
Primero impusieron el velo a las mujeres, y después los islamistas empezaron su yihad contra Occidente.
Desde su elección, en agosto de 2014, el mandatario turco ha demandado a al menos 1.845 personas por insultarle.
Mientras en Teherán haya un régimen revolucionario, Oriente Medio sufrirá.
Indudablemente, el multimillonario ayatolá supremo, Alí Jamenei, ha de estar extático. Tiene múltiples razones para estarlo.
El régimen de los ayatolás no se va a venir abajo si no se le presiona.