En su camino por hacerse un lugar como alternativa hacia una judería cada vez más progresista y pacifista, ha traicionado su credo.
Los palestinos prefieren la «lucha armada» y el terrorismo a las negociaciones de paz con Israel.
La formalización de relaciones entre Israel y Emiratos debería servirles para asumir de una vez por todas la realidad.
Las elites progresistas y los Gobiernos occidentales siguen sin extraer las debidas conclusiones del fracaso de Oslo.
La ignorancia es un material terriblemente inflamable en la cristianofobia egipcia.
El nombramiento de David Friedman parece una muy sensata idea de Trump.
La Administración Obama no deja de dar muestras de su hostilidad a los israelíes.
El apoyo al Estado judío ya no es una cuestión consensual en el partido de Obama y Sanders.
El apoyo de los conservadores gana importancia conforme disminuye el de la población judía.
Las cifras desmontan la falacia de que el Estado israelí gasta buena parte de su presupuesto en expandir los asentamientos.