Hablan de antisionismo, pero es una mera coartada del fanatismo antijudío.
La desconexión entre los jaredíes y los demás judíos no es un accidente o mero fruto del prejuicio.
La brecha entre las dos mayores comunidades judías del mundo no hace más que agrandarse.
El exmilitar acabará soliviantando a los odiadores de Netanyahu, no les quepa duda.
Irán y Hezbolá deben rendir cuentas de una vez por tan espantoso crimen.
La comunidad internacionales les alienta a creer que su sueño de acabar con Israel es conseguible.
El votante israelí, y especialmente el votante joven, es cada vez más derechas.
«Para la izquierda israelí y de la judería americana, un pecado capital me mantiene alejado de sus filas».
Herzog y compañía deberían dejar de usar una táctica tan vil como infructuosa.
La fijación de la Administración Obama con Israel ha dado alas a los judeófobos.