Esta gente huye porque ya no puede tolerar la vida bajo el movimiento islamista Hamás. No por culpa de Israel.
La complacencia con los terroristas genera más terrorismo y más privaciones para los gazatíes.
Su objetivo es obvio para los observadores razonables: impedir el terrorismo transfronterizo.
Hamás les ha llevado al abismo y al mar en el que se ahogan.
La normalización ha llegado para quedarse, e Israel ya no es el enemigo en numerosos círculos estratégicos de Oriente Medio.
En cada guerra de agresión de Hamás contra Israel, surgen voces en la judería diaspórica anhelantes de manifestar públicamente su disidencia ante la respuesta militar de Jerusalem.
Una vez más, los palestinos pagan el precio de la incompetencia y corrupción de sus dirigentes.
«Dios maldiga a los traidores que sirvieron la causa palestina a los mulás iraníes en bandeja de plata».
Las Fuerzas de Defensa de Israel han asestado un golpe devastador a Hamás.