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Zelenski, a la Knéset: "Pueblo de Israel: os toca decidir"

 

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"Estamos en países distintos y en circunstancias completamente diferentes. Pero la amenaza es la misma para ustedes y para nosotros: la completa destrucción del pueblo, el Estado, la cultura. Y aun los nombres de Ucrania e Israel"

(Esta es la transcripción del discurso que pronunció este domingo por videoconferencia el presidente de Ucrania, Volódimir Zelenski, ante el Legislativo israelí).

Estimado señor presidente, miembros de la Knéset.

Estimados miembros del Gobierno del Estado de Israel, invitados, asistentes, pueblo de Israel:

Las comunidades ucraniana y judía han estado y, estoy seguro, siempre estarán conectadas, muy próximas. Siempre han vivido en estrecho contacto, y experimentado juntas la pena y la alegría.

Por eso es por lo que quiero recordarles las palabras de una gran mujer de Kiev, cuyo nombre conocen ustedes muy bien. Las palabras de Golda Meir. Son muy conocidas, todo el mundo las ha escuchado. Cada judío, muchos ucranianos y, ciertamente, no menos rusos: 

Estamos tratando de seguir vivos. Nuestros vecinos nos quieren ver muertos. No es un asunto que deje mucho margen para el compromiso.

No necesito convencerles de lo relacionadas que están nuestras historias. La de los ucranianos y la de los judíos. En el pasado y también en este tiempo terrible. Estamos en países distintos y en circunstancias completamente diferentes. Pero la amenaza es la misma para ustedes y para nosotros: la completa destrucción del pueblo, el Estado, la cultura. Y aun los nombres de Ucrania e Israel.

Quiero que reparen en ello. Quiero que piensen en esta fecha: 24 de febrero. Que piensen en el inicio de la invasión. La invasión rusa de Ucrania. Ese día, 24 de febrero, ha pasado dos veces a la Historia. Y en ambas por una tragedia. Una tragedia para los ucranianos, para los judíos, para Europa, para el mundo.

El 24 de febrero de 1920 se fundó el Partido Nacional Socialista de los Trabajadores de Alemania (NSDAP). Un partido que se cobró millones de vidas, destruyó países enteros y trató de aniquilar naciones.

Ciento dos años después, otro 24 de febrero, se emitió una orden criminal para el lanzamiento de una invasión rusa de Ucrania a gran escala. La invasión, que se ha cobrado miles de vidas, ha dejado a millones de personas sin hogar, que se han convertido en refugiadas en su propia tierra y en los países vecinos. En Polonia, Eslovaquia, Rumanía, Alemania, Chequia, los Estados bálticos y decenas de países más.

Nuestro pueblo se está diseminando por el mundo. En busca de seguridad. Buscan lo que una vez buscaron ustedes: vivir en paz.

La invasión rusa de Ucrania no es sólo una operación militar, como sostiene Moscú. Es una guerra traicionera a gran escala que tiene el objetivo de destruir a nuestro pueblo, a nuestros hijos, a nuestras familias; nuestro Estado, nuestras ciudades, nuestras comunidades, nuestra cultura; y todo lo que hace a los ucranianos ucranianos. Es lo que las tropas rusas están destruyendo deliberadamente a la vista del mundo entero.

Por eso es por lo que tengo el derecho de trazar este paralelismo y esta comparación. Entre nuestra historia y la suya. Entre nuestra guerra por la supervivencia y la Segunda Guerra Mundial.

Escuchen lo que dice el Kremlin. Simplemente escuchen. Incluso hay expresiones que les sonarán. Lo cual es trágico. De cuando el partido nazi arrasaba Europa y buscaba destruir todo y a todos, conquistar naciones y dejarnos sin nada, a ustedes y a nosotros. Ni siquiera el nombre y las huellas. Lo llamaron “la solución final de la cuestión judía”. Ustedes lo recuerdan. ¡Y estoy seguro de que jamás lo olvidarán!

Pues atiendan a lo que resuena ahora desde Moscú. Escuchen cómo esas palabras se vuelven a utilizar: “Solución final». Pero en alusión a nosotros. Se trata de la “cuestión ucraniana”.

Lo dicen abiertamente. Es trágico. Una vez más, se escuchó en un mitin en Moscú. Puede verse en páginas web oficiales. Lo recogieron los medios estatales rusos. Moscú ha dicho: sin la guerra que libran contra nosotros, no habrían podido asegurar una “solución final” para, supuestamente, nuestra propia seguridad. Justo como se decía hace 80 años.

¡Pueblo de Israel!

Habéis visto cómo los misiles rusos impactaban en Kiev, Babyn Yar. Sabéis qué tierra es esa. En ella están enterradas más de 100.000 víctimas del Holocausto. Hay cementerios antiguos en Kiev. Hay un cementerio judío. Los misiles rusos han caído ahí.

Pueblo de Israel:

En el primer día de esta guerra, los proyectiles rusos impactaron en nuestra ciudad de Uman. Una ciudad visitada por decenas de miles de israelíes cada año. Que acuden en peregrinación a la tumba de Najmán de Breslov. ¿Qué quedará de todos esos lugares tras esta terrible guerra?

Estoy seguro de que cada palabra de mi discurso resuena con dolor en vuestros corazones. Porque sabéis de lo que estoy hablando. Pero ¿podéis explicar por qué seguimos pidiendo ayuda a tantos países, a todo el mundo? Os pedimos ayuda, aun por los visados más elementales.

¿De qué se trata? ¿De indiferencia? ¿Hay planificación? ¿O una mediación sin decantamiento por una de las partes? Os dejaré elegir las respuestas. E incidiré en algo: la indiferencia mata. La planificación a menudo es errónea. Y la mediación puede ser entre Estados, no entre el bien y el mal.

Todo el mundo sabe en Israel que vuestro sistema defensivo de misiles es el mejor. Es poderoso. Todo el mundo sabe que vuestro armamento es potente. Todo el mundo sabe que lo estáis haciendo muy bien. Sabéis cómo defender los intereses de vuestro Estado, de vuestro pueblo. Y, , las vidas de los ucranianos, de los ucranianos judíos.

Uno puede seguir preguntándose por qué no tenemos vuestras armas. O por qué Israel no ha impuesto sanciones importantes a Rusia. Por qué no ejerce presión sobre los negocios rusos. Pero está en vuestras manos, queridos hermanos y hermanas, elegir la respuesta. Y tendréis que vivir con ella, pueblo de Israel.

Los ucranianos tomaron su decisión. Hace 80 años. Rescataron judíos. Por eso es por lo que hay Justos Entre las Naciones entre nosotros.

Pueblo de Israel: ahora afrontáis una decisión de ese tipo.

Gracias. Gracias por todo.