Contextos

Vattimo o el comunismo antiisraelí

Por Santiago Navajas 

Gianni-Vattimo
"No es por casualidad que el filósofo que ha justificado el pasado nazi de Heidegger haya proclamado que 'Israel es nazi, fascista y peor que Hitler' y pedido a los habituales corifeos contra Israel que formen unas "Brigadas Internacionales" al estilo de las que vinieron a luchar contra Franco en la Guerra Civil. Esta última idea, de todas formas, es muy interesante porque revelaría el compromiso efectivo de aquellos que la emprenden contra Israel en Twitter pero que no creo estén dispuestos a jugarse la vida por defender a esos palestinos de los que tanto se preocupan de cara a la galería"

Desde España podríamos tener una visión más ajustada de la problemática entre Israel y Palestina porque durante mucho tiempo también se produjo una equidistancia en el conflicto entre España y el País Vasco que equiparaba la violencia etarra con la del monopolio legítimo de la violencia por parte del Estado democrático. Era obvio, salvo para los iluminados de extrema izquierda que sólo se cayeron del unicornio siniestro de la lucha armada tras el atentado del Hipercor en 1987 (después de cientos de muertos y una década de democracia), que ETA era el problema y que el Estado español, salvo por puntuales extralimitaciones que fueron juzgadas en su momento, actuó bajo los parámetros de la respuesta justa y proporcionada en defensa propia.

Salvando las distancias, entre Israel y Hamás la situación es equivalente. Por un lado tenemos a un Estado legítimo que cumple los criterios internacionales para ser considerado una democracia homologable a las occidentales más avanzadas. Por otro, una población, la palestina, que se encuentra alienada por sus dirigentes terroristas de Hamás, los países islamistas del entorno que los usan como carne de cañón contra el Estado judío y una opinión pública occidental que combina en su mayoría un ingenuo y bienintencionado apoyo al que se percibe como el más débil, sin profundizar en lo más mínimo en la dificultad histórica y política de la situación, con el más rancio antisemitismo que ha asolado Europa durante tanto tiempo.

La expresión más vergonzosa de este antisemitismo ha sido la del filósofo de extrema izquierda, a fuer de heideggeriano, Gianni Vattimo. No es por casualidad que el filósofo que ha justificado, contra toda evidencia, el pasado nazi del pensador alemán, banalizando su “filosofía hitleriana” (Gabriel Albiac dixit) para hacerla un baluarte del «pensamiento débil», haya proclamado que «Israel es nazi, fascista y peor que Hitler» y pedido a los habituales corifeos contra Israel que formen unas «Brigadas Internacionales» al estilo de las que vinieron a luchar contra Franco en la Guerra Civil. Esta última idea, de todas formas, es muy interesante porque revelaría el compromiso efectivo de aquellos que la emprenden contra Israel en Twitter pero que no creo estén dispuestos a jugarse la vida por defender a esos palestinos de los que tanto se preocupan de cara a la galería, del mismo modo que ignoran otros conflictos armados mucho más extremos en otras partes del mundo.

No es nuevo, por otra parte, este ataque del filósofo italiano, que, además de justificar en su país la kale borroka de los grupos violentos de extrema izquierda, también ha descalificado a Israel como un “Estado racista”, obviando que no hay ningún país de mayoría islámica en que los ciudadanos árabes tengan derechos más extensos y mejor protegidos que en Israel. Además se ha alineado sutilmente con la posición negacionista de regímenes como el iraní al puntualizar que, aunque no niega el Holocausto, sí está “en contra de su manipulación por parte de Israel para oprimir al pueblo palestino”, lo que le ha llevado a pedir la “eliminación” del Estado judío, como si fuera un ayatolá más. Es por ello por lo que defiende que Israel es peor que Hitler y que está haciendo un nuevo Holocausto usando como cortina de humo el genocidio que sufrieron los judíos a manos de los nazis. Es decir, Vattimo utiliza el Holocausto para justificar un nuevo Holocausto. Retorciendo la lógica para así poder estrangular mejor la moral.

Vattimo es el típico defensor de los derechos de los animales que trata a los judíos como si fueran ratas. Vattimo es el típico pacifista que en cuanto escucha a Wagner le da por querer eliminar a Israel. Se ha declarado en favor de la violencia política haciendo ejercicios jesuíticos de “comprensión”, que no de “justificación”, de los violentos cuando coinciden en su trinchera política. Que es algo de lo que también tenemos experiencia en España en relación a los vínculos entre la ultraizquierda y los diversos terrorismos nacionalistas que han asolado el País Vasco, Cataluña, Galicia y el resto del país. Cuando alguien arrojó una pequeña escultura contra Berlusconi, Vattimo criticó el atentado… porque una pistola hubiese sido más contundente. También se manifestó en contra del uso por parte de Hamás de misiles Qasam… porque eran inoperantes contra las defensas israelíes, pues lo que él deseaba era que tuvieran un eficacia mortífera contra la población civil israelí, que es contra la que se dirigían -y dirigen- dichos misiles.

La relación entre el pensamiento antisemita de Heidegger y el de Vattimo no es una casualidad ni un capricho, sino que forma parte de un extremismo tardorromántico del pensamiento, un rechazo a los valores ilustrados y liberales de la filosofía moderna, que en la alucinada distopía heideggeriana encontró en los judíos la válvula de escape a su miseria filosófica. Escribía Heidegger en sus Cuadernos negros:

Los modos de pensamiento imperialista y belicista, por un lado, humanista y pacifista, por el otro, no son más que modos de pensamiento gemelos (…), en cuyo dominio ninguna decisión ya no es posible porque sólo representan los retoños de la metafísica. Es por lo misma razón que el judaísmo internacional puede servirse tanto del uno como del otro, proclamar y realizar a uno de ellos como medio para llegar al otro. Esta industriosa fabricación de la historia enreda parecidamente a todos los actores en sus redes.

Esa prejuicio paranoide sobre el “judaísmo internacional” que llevó a Heidegger a afiliarse al partido nazi es el que lleva a filósofos contemporáneos como Vattimo a manifestarse histriónicamente contra Israel y los Estados Unidos, respectivas encarnaciones de ese “judaísmo internacional” que ha configurado el mundo occidental de las modernas democracias liberales y capitalistas, que se basan en el pensamiento crítico y en la metodología científica para apostar por la tecnología como forma de controlar el mundo y ponerlo al servicio de las necesidades humanas. Razón por la cual Heidegger se apuntó al partido nazi y Vattimo a su paralelo simétrico en el movimiento comunista. En cualquier caso, totalitarios contra esas sociedades abiertas, liberales, científicas y tecnológicas, formadas, según su criterio, fundamentalmente por dicho “judaísmo internacional”.

De Heidegger a su epígono Vattimo sucede lo que con la Historia según Marx, que siempre se repite, la primera vez como tragedia y la segunda como farsa. En el caso de la filosofía, tenemos a un gran maestro, del mal radical, y a un fantoche miserable, del mal banal: el que se basa en los clichés y el resentimiento, en el sectarismo y en esa palabra intraducible alemana: Schadenfreude (complacerse maliciosamente en la desgracia ajena). Lo que de verdad necesitan los palestinos es más impuros cerdos y menos puros Vattimos.