En una entrevista emitida ayer por el canal Al Manar, propiedad del grupo chiita libanés Hezbolá, el presidente sirio afirmó que los acuerdos para comprar armamento a Rusia se llevarán adelante y que parte del material solicitado ya está en Siria, aunque no especificó si se trata de los misiles antiaéreos S-300.
Esas baterías de misiles son la línea roja marcada por Israel, que podría atacar nuevamente en territorio sirio para destruir una amenaza directa contra su territorio, por su alcance y potencia destructiva.
No obstante, dos medios rusos sostienen que los S-300 no han llegado a Damasco, y que no lo harán al menos hasta el año que viene.
Se trata de una mujer norteamericana, un hombre británico y un tercer combatiente cuya nacionalidad está todavía por determinar. Los tres eran musulmanes y llevaban mapas con la ubicación de instalaciones militares cuando fueron abatidos, en una emboscada de las tropas de Al Asad en Idlib, cerca de la frontera con Turquía.
La estadounidense muerta se llamaba Nicole Mansfield, tenía 33 años y era madre soltera. Se había convertido al islam hacía cinco años, según ha explicado la portavoz de la familia.
Los chiíes libaneses quieren que los suníes palestinos abandonen inmediatamente el país del Cedro, algo que ya le habría sido comunicado a Alí Baraka, representante de Hamás en el Líbano.
Este movimiento se produce después de que los rebeldes sirios, apoyados por Hamás, hayan exigido a Hezbolá sacar a todos sus hombres de Siria, donde luchan junto a las tropas del alauita Bashar al Asad.
La denuncia señala que las fuerzas británicas podrían tener hasta 85 afganos en sus instalaciones de Camp Bastion, en la provincia de Helmand. Los abogados de ocho de ellos afirman que sus clientes han estado detenidos ahí hasta 14 meses.
Londres asegura que su manera de proceder se ajusta a lo estipulado por Naciones Unidas en sus disposiciones sobre despliegues de fuerzas multinacionales, y que muchos de los detenidos son sospechosos de matar soldados británicos o de participar en ataques con bombas.
El artefacto, de fabricación casera, explotó anoche al paso de una patrulla en Barni Jarna, población de mayoría chiita cercana a la capital.
Las fuerzas de seguridad han detenido a 10 personas por su presunta implicación en el ataque.
Después de que fuera detenida el pasado domingo, hoy comienza el juicio contra la conocida activista, a la que se acusa de llevar un spray de defensa personal y de pintar el nombre de su organización, Femen, en la tapia de una mezquita. Podría ser condenada a dos años de cárcel.
La joven se hizo célebre al mostrar sus pechos en una campaña contra el acoso a las mujeres y el islamismo.