A pesar de las dificultades políticas, económicas y sociales que está atravesando el país, la aprobación de la nueva Constitución es considerada por el analista Alexander Doler un éxito sin precedentes y un ejemplo para el resto de países árabes. A pesar de que todavía queda un largo camino por delante para la instauración de instituciones democráticas sólidas, la Carta Magna tunecina es un buen pilar sobre el que edificar un nuevo régimen político respetuoso con las libertades individuales y los derechos humanos.
Uno de los avances más considerables en la Constitución es el artículo 45, que incorpora los derechos de las mujeres y garantiza su igualdad de oportunidades y la protección de las mismas ante la violencia. Esto es particularmente bienvenido en una región en la que las mujeres han sido –y siguen siendo– reprimidas. Con toda certeza, medidas como éstas, cuyos objetivos son la paridad entre sexos, representan un enorme avance en la región y un gran éxito para los derechos humanos, contribuyendo a la atención positiva atraída por la transición democrática en Túnez.
Otro punto revolucionario es el artículo 102 [sobre la independencia del Poder Judicial]. Asimismo, el artículo 109 “prohíbe cualquier forma de interferencia en el poder judicial”. Aún más importante es la exclusión de la sharia de la ley básica del estado, lo que blinda el carácter civil del Estado y pone los cimientos para la protección de los derechos humanos.
En este artículo para Magharebia, Imrane Binual describe la evolución que el grupo terrorista Ansar al Sharia, vinculado a Al Qaeda en el Magreb Islámico, ha experimentado. A pesar de que Túnez ha sido tradicionalmente un país poco receptivo a los movimientos yihadistas, la eclosión de la Primavera Árabe ha tenido como consecuencia el despertar del interés de los jóvenes por los movimientos radicales como el que representa Ansar al Sharia, que hábilmente ha aprovechado las libertades instauradas en el país para ir poco a poco progresando en sus mensajes hasta la defensa abierta de la yihad.
Abdalá Rami, experto en movimientos salafistas y yihadistas, (…) asegura que el radicalismo es más explosivo en Túnez que en el resto de la región.
Esto se demuestra, dice, por el gran número de combatientes tunecinos en Siria. Túnez ha interceptado a unos 8.000 jóvenes yihadistas que trataban de llegar a Siria, según aseguró el ministro del Interior, Lotfi ben Jedu, el mes pasado. «Esta es una cifra muy alarmante y que nadie podría haber predicho anteriormente», dice Rami a ‘Magharebia’.
“Esto está sucediendo en un país que, a su vez, nadie habría esperado produjera yihadistas. Pero después de la Primavera Árabe resultó que los jóvenes se sentían atraídos por la ideología del yihadismo salafista. El partido Ennahda, que trató de contener el movimiento salafista –Ansar al Sharia incluida–, ha sido volado delante todos, circunstancia que ha permitido a esta organización terrorista hacer la transición de la predicación a la actividad yihadista».
Benjamin Weinthal analiza en The Jerusalem Post las consecuencias que los últimos comicios argelinos pueden tener para la seguridad de Israel. La avanzada edad del presidente Buteflika y la existencia de amplias bolsas de terrorismo en los países vecinos determinan la importancia crítica que la estabilidad de Argelia tiene para la seguridad de Occidente.
El colapso del baluarte argelino podría dar lugar a grandes franjas de territorio sin Gobierno, en las que los grupos terroristas pueden encontrar refugio seguro, creando una amenaza aún más grave para la seguridad internacional que la que existe actualmente en los países vecinos.
Todo esto ayuda a explicar que el colapso del Estado argelino (…) podría dar lugar a una nueva vía de suministro de armas para terroristas en zonas de la esfera de preocupación de Israel. Argelia podría reproducir el patrón de la Libia de Gadafi – ciertamente un Estado radicalmente diferente a su vecino–, fragmentado y con gran proliferación de armas en el patio trasero de Israel. No hay que olvidar que la Franja de Gaza y el norte del Sinaí están inundados de armas provenientes de Libia.
(…) ¿Estará Israel preparado para la desaparición del Estado argelino actual?