Bien, puede que no sea todo, porque, al fin y al cabo, el libro que hoy nos ocupa, Afghanistan Revealed, tiene sólo 250 páginas, pero sin duda constituye una muy buena iniciación para que cualquier persona no especializada encuentre respuesta a las numerosas dudas sobre Afganistán que pueden asaltarle al seguir la actualidad del Gran Oriente Medio, en la que este país desempeña un papel destacadísimo.
A menudo las noticias sobre Afganistán no son más que una mezcla de lugares comunes, términos todoterreno y nombres que (casi) nadie sabría localizar en un mapa. Opinadores que, en no pocas ocasiones, saben de Afganistán lo que han leído en la Wikipedia se lanzan sin el menor rubor a perorar sobre los aciertos y errores cometidos en el país por Estados Unidos y sus aliados, a señalar la probable línea de actuación de los líderes tribales pastunes (la mayoría de ellos no podría identificar a un pastún en una rueda de reconocimiento) y, en suma, a confundir a la opinión pública repitiendo tópicos, generalmente antioccidentales y partidarios de que Afganistán retroceda unos mil años como único medio para lograr la paz.
Leer Afghanistan Revealed es una vacuna contra el virus de la ignorancia osada. En sus capítulos conoceremos la fascinante historia del país, desde las primeras invasiones arias, la llegada de Alejandro Magno o la de los fieros mongoles hasta la invasión soviética o la búsqueda de Osama ben Laden, pasando por las vicisitudes de la Ruta de la Seda, la conquista musulmana o las intrigas del Gran Juego entre rusos y británicos, inmortalizado en esa gran novela de Kipling, Kim. Pero no es sólo un libro de historia: es también uno de geografía, de etnografía, de geopolítica, de cocina… hay incluso un capítulo dedicado al deporte nacional, el buzkashi, probablemente uno de los más brutales del mundo, en el que un centenar de jinetes se disputa a galope tendido el cadáver de una cabra. Como pueden suponer, este capítulo no tiene desperdicio (cosa que no puede decirse de la pobre cabra al término del partido).
La información que se nos proporciona en tantos campos llega a abrumar, pues puede que, por ejemplo, al lector medio le resulte un tanto superflua la distinción entre tribus y subtribus pastunes, por ejemplo, pero aconsejo reservar esos pasajes que pueden resultar un tanto farragosos (y que aseguro que son los menos) para hipotéticas consultas posteriores; nunca se sabe cuándo vamos a necesitar una información, sobre todo si, como en este caso, está tan bien investigada y documentada.
Uno de los aciertos de esta obra es que se ha encomendado cada uno de los capítulos a un autor distinto, un especialista. Se ha reunido a verdaderos expertos en Afganistán en muy diversos campos: historia, política, religión… Gente que conoce bien el país, que ha pisado el terreno y sabe bien los problemas reales que afligen a sus habitantes, que sabe lo que éstos piensan porque ha hablado y convivido con ellos, no durante una visita relámpago para salir en un reportaje con la ONG de turno sino durante meses o incluso años.
Se han recogido textos de militares, diplomáticos, antropólogos, periodistas, analistas políticos, historiadores… Naturalmente, al reunir a gente procedente de tan diversos campos, originaria de varios países y con puntos de vista muy diferentes sobre algunos aspectos, es inevitable que el resultado no sea homogéneo. Indudablemente, algunos capítulos son más amenos, están mejor organizados o resultan más interesantes que otros. A mí me han parecido especialmente bien escritos los tres dedicados a la historia de Afganistán. Muy interesantes y clarificadores son los que analizan la situación actual del país, sus relaciones con Pakistán y los problemas y desafíos para el futuro: paro, pobreza, refugiados (es el país que más refugiados tiene dispersos por el mundo), ausencia de infraestructuras, recursos abundantes pero inaccesibles con la tecnología y los medios existentes, corrupción institucional, enfrentamientos entre señores de la guerra, lucha contra el cultivo y comercio del opio, integrismo religioso, tensiones entre zonas urbanas y rurales… Altamente recomendable, por ser un tema del que no se suele leer en los medios habituales, es el capítulo dedicado a China, a sus intereses políticos y económicos en la región y al papel que ya está desempeñando en Afganistán; un ejemplo: la primera inversión significativa en la minería local –en el yacimiento de cobre de Aymak– la ha realizado una empresa china (más de 2.500 millones de dólares). Analiza además la rivalidad sino-rusa, que se remonta a muchos siglos atrás: en realidad, el Gran Juego entre rusos e ingleses no fue más que un breve episodio comparado con el que libraron los Quing chinos y los Romanov rusos durante casi tres siglos.
Otros capítulos no están, en mi opinión, tan bien logrados. Dos de ellos, dedicados respectivamente al islam en Afganistán y al papel de la mujer, me han parecido lamentablemente llenos de tópicos buenistas y apaciguadores. Ambos están escritos por la doctora Magsie Hamilton Little, cuya postura se resume en que el islam es intrínsecamente bueno, libera a la mujer y las disposiciones que establece para su protección “hicieron por ellas lo que la Carta Magna hizo en Inglaterra por el gobierno” (sic). Después de eso, uno ya puede suponer lo que sigue: decidió llevar burka y, aunque cree que puede ser agobiante, a ella le permitió pasar inadvertida y mezclarse con la población; según ella, el problema con el islam es que ha sido malinterpretado y se mezcla con tradiciones afganas que se remontan a mucho tiempo antes de la llegada de los musulmanes, etc. Resulta curioso que esas malas interpretaciones y tradiciones afganas –que se pueden sintetizar en: la mujer en casa y que no se la vea, y muerte a los infieles– hayan conseguido extenderse por todo el mundo islámico. Qué influencia la de las tradiciones pastunes.
Aparte de esto, el libro es muy recomendable: podrá estarse de acuerdo con las opiniones y críticas de los distintos autores o no, pero indudablemente (salvo en el caso ya mencionado) están bien fundadas, y constituyen un buen punto de partida para un debate constructivo e informado sobre Afganistán, algo que, por desgracia, no es frecuente ni lo ha sido a lo largo de la historia.
Afghanistan Revealed es un libro cuya lectura debería ser obligada para los responsables de la toma de decisiones políticas, para los periodistas, para el público en general. No sólo por su interés intrínseco, sino por pura responsabilidad. ¿Qué sabemos de Afganistán? ¿Comprendemos realmente la importancia que tiene en nuestro futuro? Estas páginas desmontan una serie de tópicos firmemente establecidos en el imaginario colectivo, como que Afganistán es un país que nunca ha podido ser conquistado por potencias extranjeras, o que es un yermo bárbaro que sigue en el siglo XIII. Existió, tan cerca como a mediados del siglo XX, un Afganistán moderno, con coches circulando por sus calles, revistas femeninas, mujeres que trabajaban y llevaban minifalda, universidades, inversión extranjera… De eso pocos se acuerdan.
Además, Occidente no puede permitirse ignorarlo: es una pieza esencial en Oriente Medio. Sus vínculos, no sólo con su vecino Pakistán sino con la India, China, Rusia y los países árabes, hacen que su estabilidad sea necesaria para la nuestra. Cuando concluya la misión internacional allí desplegada, el próximo año, las tropas se irán, pero eso no supone que los países occidentales vayan a desentenderse. Leyendo este libro uno se da cuenta de por qué es necesario no hacerlo y encuentra ideas sobre cómo debería intentarse la futura colaboración con los afganos, que son los primeros responsables de su futuro.
Esta obra, un proyecto de la ONG británica Afghan Appeal Fund, está disponible en versión electrónica, en versión para iPad –con unas fantásticas fotografías– y, desde hace poco, también en papel. Lamentablemente, aún no ha sido traducido a nuestro idioma, lo que sería muy necesario. En cualquier caso, si tienen ocasión y ganas, y saben inglés, dediquen unos días este verano a leerlo. Disfrutarán haciéndolo, y además tendrán una nueva perspectiva de lo que sucede en ese hermoso país y en buena parte del Gran Oriente Medio.
Jules Stewart y Lisa Choegyal (eds.), Afghanistan Revealed. Crux Publishing, 2012. 250 páginas.