“Amo a este país por encima de todo y seguiré siendo su soldado fiel”.
Netanyahu podría tener un heredero con tirón electoral… al que están tratando de socavar buena parte de sus correligionarios.
Ante la perspectiva de un empeoramiento brusco y profundo de las relaciones entre ambos países, los argumentos para temerse lo peor son poderosos.
Lo quiera o no, debe decidir de qué lado está.
Aunque algunos quizá no estén dispuestos a admitirlo, nadie es indispensable, ni siquiera Netanyahu.
Bibi no cae tanto por las acciones de unos rivales malévolos o por factores externos como por sus propios defectos.
Irán no está interesado en «estabilizar» Oriente Medio, sino en controlarlo.
Israel no se puede dar el lujo de hacer experimentos políticos bizarros.
«Un pequeño pinchazo para el hombre, un paso de gigante para la salud de todos nosotros».
En un marco nacional tan sólidamente establecido, las discrepancias, por muy broncas que puedan llegar a ser, no resultan perjudiciales.