53 millones de egipcios están llamados hoy y mañana a las urnas en los comicios en los que elegirán a su tercer presidente en los dos últimos años. La votación, que ha comenzado esta mañana, se desarrollará a lo largo de dos días, con el enfrentamiento del mariscal Sisi y el izquierdista Hamdin Sabahi como los máximos referentes en disputarse la presidencia del país.
Las encuestas oficiales dan al candidato del Ejército una clara ventaja, aunque sus rivales y los observadores internacionales han mostrado sus reservas sobre la limpieza de esos sondeos.
El influyente clérigo suní, presidente de la Federación Internacional de Clérigos Musulmanes, hizo ayer un llamamiento al pueblo egipcio para que se abstenga en las elecciones.
“Pueblo de Egipto, en la capital y las provincias, ciudades y pueblos, sentaos en vuestras casas y no os carguéis con un gran pecado”, clamó Al Qaradawi para evitar que los egipcios acudan a las urnas a votar “a quien ha desobedecido a Alá”.
El papa Francisco lanzó ayer una propuesta en Belén al líder palestino y al presidente de Israel para que mantengan un encuentro en Roma con él en fechas próximas. “Deseo invitarle a usted y al señor Peres a que elevemos una oración pidiendo a Dios la paz. Ofreco la posibilidad de acoger ese encuentro en mi casa del Vaticano”, dijo el Sumo Pontífice en un acto en el que estaba presente Mahmud Abás.
Fuentes de la presidencia de Israel han expresado su opinión favorable a este encuentro, mientras que por parte palestina no se ha confirmado si se aceptará la invitación.
El presidente norteamericano llegó este domingo en visita sorpresa a tierras afganas para tratar con los mandos militares destacados en el país la salida de las tropas norteamericanas a finales del presente año, en relación a lo cual anunció que en breve plazo se haría pública una decisión definitiva.
Obama no se reunirá con su homólogo afgano, Hamid Karzai, para no interferir en las elecciones presidenciales, cuya segunda vuelta está prevista para dentro de pocos días.
El pasado sábado fue ahorcado Mehavarid Amir Jasravi, el primero de los cuatro sentenciados a muerte por un fraude multimillonario que salpicó gravemente al Gobierno de Mahmud Ahmadineyad.
Jasravi, magnate de la banca, estaba acusado junto a sus tres colaboradores de malversar 2.600 millones de dólares para hacerse con compañías estatales. Además de los cuatro condenados a muerte, otros 33 funcionarios y banqueros están en prisión, dos de ellos cumpliendo pena de cadena perpetua.