Da igual lo que digan o hagan Netanyahu o Gantz: son los palestinos los que no quieren la paz.
El problema es el de siempre: los palestinos se niegan a reconocer la milenaria historia judía de Ciudad Santa.
Por primera vez, alguien parece estar poniéndose serio con los palestinos.
La clave está en Riad… y en la auténtica implicación norteamericana en la contención de Irán.
La Autoridad Palestina y sus líderes siguen honrando a asesinos múltiples como luchadores por la libertad.
El viejo consejo de Talleyrand es muy pertinente: sobre todo, no pongas demasiado empeño.
Porque así lo quieren los palestinos: así de simple.
Deberíamos volcarnos en que ninguno de los bandos en liza tenga futuro.
Se prevé que Trump visite Israel y la Autoridad Palestina los próximos días 22 y 23.
No es momento de emprender iniciativas diplomáticas radicales.