Para los teócratas iraníes, lo sustancial es la supervivencia de su dictadura.
No se debería permitir a Erdogan poseer ese tipo de armamento.
Pero carga contra Netanyahu por su oposición frontal a un acuerdo con Teherán.
Teherán no va a cumplir. Como no ha cumplido Damasco.
Ésta, y no las minucias del acuerdo de Lausana, es la cuestión.
La Inteligencia israelí afirma que Teherán ha comenzado sus ensayos con armas atómicas.
Este asunto debería suponer para Washington un aviso de las verdaderas intenciones de la República Islámica.
Nada ilustra mejor la absoluta ineptitud mesoriental de Biden que la decisión de Arabia Saudí de forjar una alianza estratégica con China.
La complacencia con los terroristas genera más terrorismo y más privaciones para los gazatíes.
La Administración Biden se dispone a agrandar su imagen global de debilidad con otro acuerdo funesto.