Quienes están ansiosos por que Biden empiece a aumentar la presión sobre Netanyahu tienen poca memoria.
En su intento de demonizar a Bibi, están infligiendo un daño potencialmente irreparable a Israel y al pueblo judío.
Su capacidad de liderazgo no tiene parangón con la de ningún rival o aliado político.
El partido del con casi total seguridad próximo primer ministro, Benjamín Netanyahu, se hizo con el 23% de los votos y 30 escaños.
Bibi no cae tanto por las acciones de unos rivales malévolos o por factores externos como por sus propios defectos.
Israel no se puede dar el lujo de hacer experimentos políticos bizarros.
Netanyahu, muy lejos de la mayoría necesaria para gobernar.
El auténtico legado de Rabin Efraim Inbar, presidente del Jerusalem Institute for Strategy and Security (JISS), hace un repaso de la trayectoria de Isaac Rabin con motivo del 25º aniversario de su asesinato a manos del ultranacionalista religioso Yigal Amir. A juicio de Inbar, Rabin murió sabiendo que el Proceso de Oslo no se vería […]
Diga usted lo que quiera sobre el líder del Likud; pero lo de que es un extremista no es cierto, así de simple.
Enésimo terremoto en la política israelí.