A quienes dicen estar preservando la democracia israelí pero no hacen más que boicotearla habría que dedicarles una mirada de desprecio.
El presidente de EEUU es culpable de hacer exactamente lo que afirma que ocurre en Israel.
Estamos no sólo ante una cobertura sesgada sino ante una desgracia moral.
Quienes están ansiosos por que Biden empiece a aumentar la presión sobre Netanyahu tienen poca memoria.
Este Gobierno se enfrenta a una avalancha de críticas antes incluso de haber empezado a trabajar.
A la mayoría no le gusta el nuevo Gobierno del Estado judío… que sigue mereciendo su apoyo frente a quienes se afanan en destruirlo.
En su intento de demonizar a Bibi, están infligiendo un daño potencialmente irreparable a Israel y al pueblo judío.
El gran problema que los izquierdistas israelíes y sus simpatizantes americanos tienen con la democracia israelí es que su bando no gana las elecciones.