«Los múltiples ataques contra Judea y Samaria están vinculados a los ataques contra el Estado de Israel».
Necesitamos más líderes como ellos, “blandos con las espigas y duros con las espuelas”, comprometidos con el sueño colectivo de libertad de sus naciones.
Los obituarios abordan prácticamente cada una de las facetas del casi legendario hombre de Estado y soldado fallecido el pasado sábado.
Fuerte, obstinado, un superviviente: la encarnación de su pueblo. El último de una generación de leones.
Benjamín Netanyahu lo ha definido como «un gran guerrero».
Su identidad nacional está inextricablemente ligada a una guerra inútil para destruir Israel.
Su capacidad de liderazgo no tiene parangón con la de ningún rival o aliado político.
El hecho de que el mundo siga tolerando este doble rasero se debe en parte al deseo de apaciguar al islam y a los terroristas musulmanes.
El Estado judío debe dejar de tomar decisiones por el qué dirán.
Sheldon Adelson ocupa ya un lugar de honor en los anales de la historia judía.