La célebre actriz estadounidense, embajadora global de Oxfam desde 2005, se ha distanciado de esta ONG que aboga por el boicot a todos los productos israelíes elaborados más allá de la Línea Verde (territorios en disputa con los palestinos) reafirmando su compromiso con la compañía Soda Stream, que tiene una fábrica en Maale Adumim, en las afueras de Jerusalén.
«Sigo apoyando la cooperación social y la interacción económica entre un democrático Israel y Palestina», ha declarado Johansson. «Soda Stream es una compañía que no sólo está comprometida con el medioambiente, sino con la construcción de un puente a la paz entre Israel y Palestina» mediante la cooperación entre israelíes y palestinos y la igualdad de salarios y derechos entre unos y otros.