Hoy se cumplen 15 años de la toma de posesión de Mahmud Abás como presidente de la Autoridad Palestina (AP), tras alzarse con la victoria en las únicas elecciones a las que se ha presentado (9 ene 2005), y en las que obtuvo un holgado respaldo (62% de los votos) principalmente por dos razones: ejercía de sucesor del mítico Yaser Arafat, fallecido sólo dos meses antes, y Hamás no concurrió a las mismas.
Las urnas le habilitaron para presidir la AP durante cuatro años. Pero ahí sigue, cada vez más cuestionado por una sociedad que, siempre que se le pregunta –no en las urnas sino en los sondeos–, clama contra un régimen que considera ineficiente, corrupto y despótico.