Revista de Prensa

Prosigue la caza al copto

 

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Tras el servicio religioso en la catedral de San Marcos de la capital egipcia, numerosos cristianos coptos protagonizaron este domingo una marcha para protestar por el asesinato de cuatro correligionarios a manos de islamistas, perpetrado el día anterior.

Enseguida una horda de contramanifestantes islamistas comenzó a lanzarles piedras y cócteles molotov, a resultas de lo cual una persona perdió la vida.

El partido vinculado a los Hermanos Musulmanes, hoy en el poder, atribuye los disturbios a fuerzas políticas «desconocidas» que pretenderían desestabilizar el país.

Las autoridades gazatíes, pertenecientes a la organización terrorista islamista Hamás, han comenzado a arrestar a hombres, en su mayoría jóvenes, por llevar cortes de pelo considerados «indecorosos». Los detenidos han sido obligados a cortarse el pelo bajo la supervisión de la policía de Hamás, según denuncia el Centro Palestino para los Derechos Humanos.

En clara referencia a la organización terrorista Hezbolá, que opera en el sur del país, Talam Salam ha advertido en su primera entrevista como jefe del Gobierno que sólo las fuerzas del Estado puedan tener armas, y que la posesión de arsenales particulares será considerada un ataque al Estado.

Hezbolá, que obtiene las armas de Irán y Siria, se considera a sí misma la garante de la seguridad territorial del Líbano contra Israel. Es tal su fuerza, especialmente en el sur del país, que es considerada un Estado dentro del Estado.

En una grabación de video, el terrorista Aymán al Zauahiri animó a los musulmanes de los países de la Primavera Árabe a instituir en ellos regímenes islámicos.

Zauahiri denunció a Irán y a Hezbolá por enviar hombres para defender al régimen «secular y criminal» de Siria, y pidió a los rebeldes que sigan luchando para impedir que el país caiga en manos de «Washington, Moscú y Tel Aviv».