En Fathom Journal, Rachel Broyde, del equipo de campaña de Likud, y Yair Ziván, asesor de Yair Lapid para política exterior, han publicado sendos artículos en los que dan cuenta de las razones por las que van a votar al primer ministro y al líder de la oposición, respectivamente, en las elecciones legislativas israelíes, que se celebran este mismo martes.
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Por qué voy a votar a Netanyahu
(…) el primer ministro Netanyahu ha hecho que Israel sea fuerte como nunca antes y tremendamente estable.
En la última década, mientras gran parte del mundo padecía turbulencias económicas o bélicas (o ambas), el PIB de Israel creció más de un 40% y su calidad de vida, un 55%, mientras que su Ejército es ya el octavo del mundo. Nuestros padres fundadores soñaron con un Israel como el que vemos hoy día: un Israel con relaciones diplomáticas como nunca ha tenido, con una tasa de paro inferior al 4% y una economía boyante. Pero, para mí, es mucho más que esto. El primer ministro Netanyahu es un experto líder, que sigue decidido a proteger los intereses de Israel en todo el planeta.
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(…) Israel nunca debe dar nada por garantizado. Los logros militares y diplomáticos pueden venirse abajo en un abrir y cerrar de ojos si damos las llaves al conductor equivocado. Si algo he aprendido en esta última década es que, aunque puede llevar años cultivarla, la estabilidad puede echarse a perder en un suspiro. Dadas las realidades geoestratégicas y económicas, siempre cambiantes, es importante que hagamos un repaso de estos últimos diez años y nos preguntemos: ¿estamos avanzando con un experimentado líder mundial como el primer ministro Netanyahu, o vamos a retroceder con políticos inexpertos que pueden llevar el país a la bancarrota y causas crisis militares y diplomáticas?
Por qué voy a votar a Gantz y a Lapid
Por un lado tenemos a un primer ministro que ha sido encausado en tres casos criminales; uno cuyo fiscal general designado [por el propio Netanyahu] ha dicho que [Netanyahu] no sólo violó la ley sino que quebrantó la confianza [de la sociedad] en el sistema político. Mientras el primer ministro Netanyahu aún tiene que afrontar comparecencias [ante los tribunales], sus incesantes ataques a las instituciones fundamentales del Estado son razón suficiente para que se haga a un lado. Ha cruzado una línea roja tras otra y, más recientemente, ha roto con décadas de consenso multipartidista para facilitar la entrada de la extrema derecha racista en la próxima Knéset [Parlamento]. (…)
En el otro lado tenemos una alianza comandada por el centro responsable (…) Una alianza de la que forman parte tres antiguos jefes de Estado Mayor y el líder de Yesh Atid, Yair Lapid, que ha liderado la oposición al primer ministro Netanyahu en los tres últimos años. Los cuatro (…) han dejado a un lado las ambiciones personales y unido fuerzas por el bien del país. Cada uno de ellos ha hecho sacrificios y alcanzado compromisos para encontrar un terreno común y levantar una alternativa real. Si el centro se une en torno a la nueva lista [del partido] Azul y Blanco, [este] 9 de abril verá el final de la era Netanyahu.