Revista de Prensa

¿Podrá Obama convencer al 'Tea Party'?

 

Barack Obama.
"Kerry asegura tener informes que demuestran la utilización de gas sarín por el régimen sirio"

Con su decisión de someter al Congreso la aprobación del ataque previsto contra el régimen de Bashar al Asad, el presidente norteamericano se enfrentará a los demócratas radicales y los republicanos del Tea Party, contrarios a la intervención norteamericana en Siria.

Mientras en el Senado, de mayoría demócrata, el visto bueno parece garantizado, la verdadera batalla se desarrollará en la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, donde una alianza entre el Tea Party y demócratas contrarios a los planes de Obama podría tumbar el deseo del presidente norteamericano de contar con el aval del Congreso para intervenir en Siria.

En su comparecencia pública de ayer domingo para apoyar los planes del presidente Obama contra el régimen baazista, el secretario de Estado norteamericano aseguró contar con pruebas que demostrarían la utilización de gas sarín en el ataque químico que se cobró la vida de más de 1.400 personas al este de Damasco.

John Kerry aludió a la existencia de informes independientes que habrían encontrado trazas de gas sarín en el pelo y la sangre de los miembros de los servicios de emergencia que atendieron en un primer momento a los heridos en la masacre, lo que, a su juicio, refuerza la necesidad de que EEUU actúe contra el régimen de Al Asad.

La coalición opositora siria, radicada actualmente en Estambul, ha acusado a Al Asad de trasladar equipamiento militar a zonas civiles y de situar a los prisioneros en instalaciones militares como escudos humanos frente a un posible bombardeo de EEUU.

Según sus propias informaciones, elaboradas dentro del país, el régimen sirio estaría situando sus tropas y plataformas de lanzamiento de misiles en escuelas, universidades y otras instalaciones de uso civil en el interior de las ciudades.

A pesar de los ingentes esfuerzos diplomáticos de las monarquías del Golfo Pérsico, encabezadas por Arabia Saudí, a favor de un ataque de EEUU, los países que forman la Liga Árabe eludieron ayer pronunciarse abiertamente sobre una acción unilateral contra el régimen de Damasco.

La organización se limitó a pedir a la ONU y a la comunidad internacional la adopción de medidas disuasorias contra Al Asad, «conforme a la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional».

Inspirados en el movimiento egipcio Tamarod, la oposición tunecina ha lanzado una campaña para canalizar el descontento ciudadano contra el Ejecutivo Ennahda y a favor de una nueva Constitución que represente a todo el pueblo.

En una entrevista hecha pública ayer, el líder del movimiento, Mohamed Benour, aseguró contar  con 1,7 millones de firmas de ciudadanos contrarios al actual Gobierno. Benour añadió que el objetivo de esta campaña es hacer caer al Ejecutivo, a pesar de las ofertas de diálogo que éste ha planteado a la oposición.

Las fuerzas de seguridad iraquíes irrumpieron ayer en un campamento de refugiados opositores al régimen de Teherán y dieron muerte a más de 20, en un ataque que ya ha sido condenado por la ONU a través del alto comisionado para los refugiados (Acnur).

Las víctimas pertenecían a la organización Muyahidin Jalq (Combatientes del Pueblo), protegida en su día por Sadam Husein y principal integrante del opositor Consejo Nacional de Resistencia de Irán, que Bagdad pretende expulsar del país.