El prolongado cierre del paso de Rafah por parte egipcia no ha suscitado la atención de los medios internacionales, pese a que afecta a miles de palestinos.
La televisión oficial siria eleva la cifra de muerte a 400.
La destrucción de los túneles de contrabando y las medidas adoptadas por Sisi en la lucha contra el terrorismo dan sus frutos.
Las recientes decisiones del Tribunal General Comunitario y de la Corte Penal Internacional envalentonan al movimiento islamista.
Ante la indiferencia de los países árabes, los palestinos podrían acabar acudiendo a Irán o al Estado Islámico en busca de ayuda.
Los palestinos prefieren arriesgar la vida en el mar huyendo de Gaza antes que vivir sometidos a Gobiernos y líderes corruptos.
La mayoría de la prensa occidental sigue sin informar de la feroz represión del movimiento islamista a sus propios compatriotas.
La vida de jefe de una banda terrorista es más entretenida, y mucho más rentable, que la de político al uso.
Los egipcios quieren que toda la responsabilidad por el bloqueo de la Franja recaiga sobre Israel.
La reunión del secretario de Estado con cataríes y turcos, patrocinadores de Hamás, indigna a la Autoridad Palestina, Egipto y Arabia Saudí.