La Infantería de Marina ha empezado a bombardear posiciones del Estado Islámico.
La ONU, contundente en el informe que ha publicado sobre los desmanes del ‘califato’ terrorista.
La organización del ‘califa’ Bagdadi perderá sus feudos sirios e iraquíes, pero seguirá viva.
Según la Administración Obama, el Estado Islámico está cometiendo un genocidio contra ciertas minorías religiosas, salvo las cristianas.
Estremecedoras denuncias de activistas pro derechos humanos.
El dictador sirio se ha comportado como un auténtico bombero pirómano.
La persecución de la que son víctimas a manos de musulmanes topa con la indiferencia de Occidente, incluidos sus hermanos en la fe.
Están haciendo el trabajo duro prácticamente solos, sin recibir demasiado reconocimiento ni, menos aún, agradecimiento.
El Estado Islámico sólo ha sufrido derrotas tácticas, está reforzando su presencia en sus dominios y eliminando cualquier rival potencial.
La mejor respuesta a los ataques islamistas sobre la única democracia de Oriente Medio es redoblar el apoyo que recibe.