El objetivo es librar a los futbolistas del tórrido verano arábigo.
El Estado judío es un faro que nos sirve de guía, una tierra de esperanza.
El tunecino Salah Mejri da cuenta de las fuertes presiones que ha recibido para no jugar en Israel.
El 2,7% de la población es hispanoparlante, y otras 100.000 personas hablan ladino.
«Ese mismo día 36 personas murieron por bombas en Irak».
Los Acuerdos de Abraham ya están empezando a dar frutos.
La mayoría de los observadores jamás imaginaron que podrían ser testigos de un momento tan promisorio.
Me han preguntado estos días qué siente un judío español y sionista ante un nuevo Gobierno en España que podría ser abiertamente hostil a Israel.
«España es un solo país para nosotros, y Su Excelencia es el símbolo de esa unidad».
El viejo consejo de Talleyrand es muy pertinente: sobre todo, no pongas demasiado empeño.