Tampoco él hubiera conseguido la paz. No tenía socios verdaderos en el campo palestino.
Ariel Sharon ha sido una de las figuras míticas del Israel moderno.
Ambos países padecen lacras como el terrorismo islamista o la sequía, que les han hecho unir fuerzas y ser socios confiables.
Según Mearsheimer y Walt, el país más poderoso del planeta se pliega a las exigencias israelíes sin rechistar. Todo un despropósito.
En el 20º aniversario de los Acuerdos de Oslo hay más espacio para los reproches que para las celebraciones.
Conozco a Danón desde 2009 y creo que reúne las cualidades necesarias para liderar Israel.