El partido de Rabín y Peres ha sucumbido ante el fracaso de su proyecto estrella: los Acuerdos de Oslo.
Se pretende que para junio de 2020 ‘sólo’ sirvan durante 30 meses.
La organización terrorista islamista saca tajada de la vil campaña mediática de odio israelófobo.
Una ‘manifestación’ como la que tuvo lugar el 31 de marzo es siempre la exhibición de un arma.
Las circunstancias y las condiciones serían muy distintas a las de 2006.
Ciertamente, no ayuda a mejorar la imagen del Estado judío su pésima política de comunicación.
Frente a los intentos de palestinizarlos, los cristianos arameos israelíes defienden su identidad.
Jerusalén debería crear una agencia central que coordinara y controlara todos los aspectos de la lucha contra la difusión del odio.
Esta nueva ronda de enfrentamientos podría prolongarse durante varios días, cuando no semanas.
En la caótica zona fronteriza, los incidentes podrían iniciar una reacción en cadena de enfrentamientos que se convirtieran en un conflicto mayor.