Hay que tratar al País del Cedro como lo que es, una marioneta en manos de Irán.
Los europeos han convencido a los israelíes para que no confíen en ellos, no los admiren y no los consideren amigos.
El ministro alemán del Interior estima que pueden llegar a ser 5 millones los afganos que busquen llegar al Viejo Continente.