Las organizaciones terroristas israelófobas pueden perfectamente esgrimirlo como coartada.
La patraña del «apartheid israelí» fue pergeñada en Moscú durante la Guerra Fría y aventada incesantemente por una campaña soviética de propaganda.
Una vez más, se demuestra que, para muchos, la israelofobia es más importante que el bienestar de los palestinos.
Pekín, más que dispuesta a llenar el vacío que quiere dejar Washington.
El neosultán pretende instalar en el poder a sus correligionarios de Hamás… y su mejor aliado podría ser Abás.
Los planes para llevar la paz a israelíes y palestinos han sido múltiples, pero ninguno ha tenido éxito.
El pueblo judío tiene todo el derecho a instalarse en su patria ancestral.
Naciones Unidas vuelve a dejar patente su antisemitismo e israelofobia.
Qué gran labor hizo el diplomático israelí para conseguir que su país fuera admitido en la organización internacional.
Washington y Jerusalén comparten los mismos intereses estratégicos y los mismos valores democráticos liberales.