Obama anima al premier israelí a tomar las decisiones necesarias, por duras que sean, para garantizar el éxito del proceso de paz con los palestinos.
Renunciar a elegir no es una solución; es dejar que elijan otros, incluidos los peores enemigos de América.
Porque así lo quieren los palestinos: así de simple.
El dictador sirio carga contra la estrategia de Londres contra el Estado Islámico.
La nueva Administración norteamericana ha adoptado una política de «enemistarse con los aliados y apaciguar a los enemigos».
Es el gran proyecto imperial de los ayatolás iraníes.
Seguro que los enemigos de Israel (y de EEUU) han tomado buena nota.
El presidente norteamericano parece empeñado en volver a las andadas obamitas.
¿Vuelve la tensión a las relaciones israelo-americanas?
Confíe en pensadores originales en vez de en quienes quieren recuperar políticas fracasadas del pasado.