Tras el escándalo por las escuchas telefónicas a líderes occidentales como Angela Markel, Obama había asegurado que no se volverían a incurrir en este tipo de prácticas, que enrarecen las relaciones entre aliados.
Sin embargo, según el Wall Street Journal, la Casa Blanca ordenó a la Agencia Nacional de Seguridad que grabaran las conversaciones mantenidas por el premier israelí y otros altos funcionarios del Estado judío con políticos y personalidades norteamericanos a cuenta del programa nuclear iraní, gran motivo de fricción entre Jerusalén y Washington en los últimos tiempos.
Los bombardeos de la coalición liderada por EEUU han matado a 10 altos mandos del Estado Islámico en Irak y Siria en el último mes, según un portavoz militar norteamericano.
Entre los abatidos se cuenta Charafe al Muadán, del que se piensa estaba directamente relacionado con Abdelmahid Abaud, líder de la célula terrorista que perpetró la matanza de París del pasado 13 de noviembre.
El monarca saudí y el presidente de Turquía han departido en el Palacio de Al Yamamah de Riad sobre la crisis siria y sobre las relaciones bilaterales entre sus respectivos países.
Al término del encuentro, Erdogan dijo que tanto su gobierno como el saudí están trabajando «de manera solidaria y conjunta» para hallar una solución política para Siria.
Tanto Riad como Ankara son partidarios de una salida que conlleve el desalojo del poder de Bashar al Asad.
Un buque de guerra iraní realizó un ensayo de estas características en las proximidades de tres navíos occidentales, entre ellos el portaaviones estadounidense Harry S. Truman.
Los hechos ocurrieron la pasada semana en el Estrecho de Ormuz, según han informado fuentes militares norteamericanas, que los han tachado de grave provocación.
«Nuestros enemigos han de saber que tomaremos agresivas represalias ante cualquier ataque», ha declarado el primer ministro israelí, que responde así a las amenazas proferidas por el jefe de la organización terroristas libanesa, Hasán Nasrala, luego de la eliminación del criminal Samir Kuntar en un ataque con bomba en Damasco, supuestamente obra de Israel.