Los ministros de Exteriores de la organización árabe respaldaron ayer al presidente palestino y su estrategia en el proceso de paz con los israelíes. Los cancilleres árabes están con Mahmud Abás y su negativa a reconocer a Israel como Estado judío, una de las condiciones establecidas por el primer ministro israelí para llevar a buen puerto las conversaciones de paz.
En su declaración pactada este domingo en El Cairo, el consejo de la Liga Árabe confirmó “su apoyo a los dirigentes palestinos en sus iniciativas para poner fin a la ocupación israelí de tierras palestinas” y enfatizó expresamente “su rechazo al reconocimiento de Israel como Estado judío”.
La jefa de la diplomacia europea se reunió ayer en Teherán con el presidente del país, Hasán Ruhaní, en el primer viaje de este nivel desde el realizado por su antecesor, Javier Solana, en 2008. El gesto de Catherine Ashton, coordinadora a su vez de las seis potencias mundiales en las conversaciones nucleares con Irán, pretende respaldar a los sectores moderados del régimen y avanzar en la normalización de relaciones diplomáticas y comerciales.
Tras el encuentro previo con el ministro de Exteriores Javad Zarif, Ashton resaltó la importancia del apoyo del pueblo iraní y de la comunidad internacional para “que intentemos tener éxito” en las negociaciones con la República Islámica en torno a su programa nuclear.
El buque atracó el pasado sábado en Es Sider, uno de los tres puertos libios bajo control de grupos contrarios al Gobierno, para cargar crudo al margen de los canales oficiales que regulan este tipo de exportaciones y sin permiso de las autoridades del país.
El Gobierno ha enviado a la Marina con la orden de impedir la salida del Morning Glory, nombre del petrolero norcoreano. El primer ministro libio, Alí Zidan, amenazó el pasado sábado con bombardear el buque si intenta abandonar el puerto.
Se trata de una conversación telefónica mantenida supuestamente por un empresario de Azerbayán y el exministro de Economía de Erdogan en torno al pago de un soborno de 10 millones de euros, cuyo contenido fue difundido a través de internet este pasado fin de semana.
El exministro implicado en este presunto caso de corrupción, Zafer Caglayan, fue uno de los tres que abandonaron el Ejecutivo el pasado mes de diciembre, tras una vasta operación policial que acabó con la detención de su hijo y otros dieciséis familiares de altos cargos acusados de tráfico de influencias.
Las religiosas, que han permanecido en manos de los rebeldes durante más de tres meses, llegaron ayer a Siria procedentes de la ciudad libanesa de Arsal, donde fueron puestas en libertad.
Según testigos presenciales, las trece monjas fueron trasladadas en un minibús con destino a Damasco junto a otros tres trabajadores del convento en el que fueron secuestradas.