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Matanza de Karrada: la incuria y la imprudencia temeraria, grandes aliados de los terroristas

 

La peor masacre terrorista de la historia reciente de Irak, perpetrada por el Estado Islámico el pasado domingo en un centro comercial de Karrada, un distrito chií de clase media-alta de Bagdad, alcanzó las dimensiones que alcanzó (al menos 292 muertos y más de 200 heridos) en buena medida por las pésimas condiciones de seguridad del recinto.

Según refiere Borzú Daragui, corresponsal de BuzzFeed en Oriente Medio, las salidas de emergencia estaban deliberadamente bloqueadas, así como la trampilla de la azotea (“para prevenir la entrada de ladrones”, afirma Sajad Jiyad, un analista residente en Bagdad que perdió a un amigo en la matanza). El revestimiento exterior del edificio era de material inflamable, así como buena parte del material a la venta tanto en el centro comercial como en las inmediaciones. Por su fuera poco, el destacamento de bomberos más cercano estaba en otro vecindario, y cuando finalmente llegaron, los equipos de extinción de incendios se quedaron enseguida sin agua.

“La explosión [de la camioneta del terrorista suicida] mató en el acto a un reducido número de personas, pero el fuego que se originó se extendió rápidamente, atrapando a la gente en el centro comercial y quemándola viva”, refiere Saja Jiyad; que añade:

[Personas] que parece sobrevivieron al fuego murieron por la inhalación de humo. En el sótano se encontraron varios cuerpos apiñados, en un desesperado intento de protegerse los unos a los otros hasta el final. Entre los cuerpos calcinados se hallaba el de un padre que trataba de proteger a su hija.