Contextos

La tragedia siria y la ausencia de Obama

Por Max Boot 

Barack Obama.
"La tragedia que supone una política exterior estadounidense indecisa y débil se ve agravada por la de un partido de la oposición igual de débil e indeciso, que no sabe cuál es su postura en política exterior."

Cuanto más se lee sobre Siria, peor pinta para la Administración Obama. En su edición de fin de semana, el Wall Street Journal publicaba hace quince días un largo artículo en el que se analizaba lo ocurrido cuando el régimen sirio usó armas químicas a gran escala el 21 de agosto, causando la muerte de unas 1.400 personas.

El artículo revela que la Casa Blanca no sólo se negó a proporcionar armas a los rebeldes, sino que incluso rechazó sus peticiones de equipación protectora contra los ataques con armas químicas:

Los dirigentes de la oposición siria realizaron su primera petición formal de protección contra las armas químicas a Estados Unidos en junio de 2012. En una reunión en Washington, representantes de la oposición presentaron a miembros de la Administración una petición de diversos suministros no letales, entre ellos 2.500 máscaras antigás, según personas presentes (…)

Según ellos, asesores de la Casa Blanca cuestionaron que las máscaras supusieran una gran diferencia. Algunos se mostraron preocupados porque, si extremistas islámicos de la oposición se hacían con ellas, podrían tratar de apoderarse de gas venenoso del régimen. A abogados de la Administración les inquietaba la posibilidad de infringir la legislación doméstica e internacional.

“Nunca era un ‘no’”, cuenta un representante de la oposición sobre lo que se convertiría en una serie de peticiones. “Pero nunca llegó a ocurrir”.

Es vergonzoso y ridículo. Ninguna de las razones aducidas por la Casa Blanca para negarse a proporcionar máscaras antigás, etc., resiste demasiado un análisis, sobre todo cuando la Administración ya se había comprometido, aparentemente, a proporcionar equipación no letal a la oposición. Fue pura inercia y dilación, el resultado de la funesta ambivalencia y falta de decisión del Despacho Oval.

Cuando los gorilas de Asad incrementaron su uso de armas químicas, Obama se vio espoleado brevemente a considerar una acción más enérgica, antes de volverse atrás con la misma rapidez y aferrarse a una oferta rusa con la que guardar las apariencias: destruir el arsenal sirio de armas químicas. El artículo del Journal informa de lo siguiente:

Mensajes interceptados por Estados Unidos muestran que un representante ruso alardeó posteriormente ante un homólogo sirio de lo fácil que había sido hacer que Estados Unidos se echara atrás en sus planes de ataque.

Dado que Obama no ha sabido manejar la cuestión siria, es una vergüenza que los republicanos le hayan sacado del atolladero; primero al no unirse adoptando una postura enérgica (¿cómo puede criticar el GOP a Obama por ser blando, cuando ellos se niegan a apoyar los ataques aéreos?), y después al cambiar de tema, pasando al del cierre del Gobierno, algo completamente innecesario e improductivo. La tragedia que supone una política exterior estadounidense indecisa y débil se ve agravada por la de un partido de la oposición igual de débil e indeciso, que no sabe cuál es su postura en política exterior. Dice mucho el hecho de que la crítica más devastadora que ha recibido la política exterior de Obama en los últimos días proceda de un miembro de la familia real saudí, que, muy acertadamente, la resumió como “simplemente, un caos absoluto. Confusión. Ninguna política”.

Commentary