Revista de Prensa

La 'Legión Extranjera' del Estado Islámico

 

Alan Henning, asesinado por el Estado Islámico.
"El Estado Islámico ya estaría ocupando una franja de terreno a tan sólo 200 kilómetros de Europa"

María Laura Avignolo es la corresponsal en París del diario argentino Clarín. En este artículo refleja la preocupación de varios Gobiernos occidentales, el francés incluido, por identificar lo antes posible a sus ciudadanos incorporados al Estado Islámico (EI), algunos de los cuales aparecen en el último vídeo realizado por la organización, en el que degüellan a 19 rehenes.

Todos los servicios secretos del mundo occidental han puesto en marcha una investigación global para identificar a los miembros de una ‘Legión Extranjera’ del Estado Islámico (ISIS, según sus siglas en inglés), que degollaron a los soldados sirios, en el video donde el británico ‘Yihadi John’ anunció y mostró la decapitación del norteamericano Peter Kassig. Dos franceses han sido identificados entre ellos, un británico fue primero involucrado y luego descartado como presunto autor en ese pelotón, y Alemania trata de identificar a uno de sus ciudadanos entre los 18 asesinos. También habría un ciudadano belga.

Las autoridades de Europa, Estados Unidos, Medio Oriente, Asia, Australia y Nueva Zelandia están trabajando en conjunto y con rapidez en esa identificación. La urgencia es explicable. ‘Yihadi John’, un británico que decapitó una vez más a uno de sus rehenes occidentales y no ocultó el lugar desde donde lo hacían, anunció, en uno de los más horripilantes videos del ISIS, que se aprestan a lanzar en Estados Unidos y Gran Bretaña degollamientos públicos, «en un tiempo cercano». Una réplica de lo que dos nigerianos británicos hicieron contra un soldado británico en una calle de Londres, dos años atrás.

Informaciones recogidas por la CNN acreditan que la organización terrorista liderada por el califa Bagdadi habría tomado el control de una parte del país, en la costa mediterránea. Según las fuentes consultadas, el EI podría contar en Libia con 800 yihadistas y tendría varios campamentos en las afueras de la ciudad de Derna. El Estado Islámico ya estaría ocupando una franja de terreno a tan sólo 200 kilómetros de Europa.

Combatientes leales al Estado Islámico tienen bajo su control la ciudad de Derna, con una población de alrededor de 100.000 habitantes, no lejos de la frontera con Egipto y a sólo unos 200 kilómetros de las costas del sur de la Unión Europea. Los combatientes se están aprovechando del caos político para expandir rápidamente su presencia hacia el oeste a lo largo de la costa, según han relatado a CNN fuentes libias.

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La rama libia del EI tiene un estricto control sobre la ciudad, los tribunales, todos los aspectos de la administración, la educación y la radio local. «Derna hoy parece Raqa, la ciudad sede del Estado Islámico en Siria», ha declarado a CNN Norman Benotman, un exyihadista. «El Estado Islámico supone una seria amenaza para Libia. Los terroristas están intentando crear un emirato islámico en el este de Libia».

La guerra ha provocado más de 170.000 muertes, pero además hay miles de desaparecidos que un día fueron secuestrados y cuyo destino se desconoce. Este reportaje para la edición en español de BBC, da cuenta del elevado número de personas desaparecidas, un fenómeno que es anterior a la guerra y se agudizó desde que comenzaron los levantamientos populares, en 2011.

Según la Red Siria de Derechos Humanos, 85.000 civiles permanecen en poder del régimen de Bashar al Asad, a lo que hay que sumar los secuestros realizados por el Estado Islámico y el resto de grupos terroristas activos en el país.

Human Rights Watch (HRW) ha documentado torturas sistemáticas en 27 instalaciones del Gobierno en las regiones de Alepo, Damasco, Dará, Homs, Idlib y Latakia.

Los detenidos describen a HRW celdas abarrotadas en las que los presos tienen que permanecer de pie o tomar turnos para dormir. Muchos dicen que les faltaron alimentos, mientras que otros recuerdan que les vendaron los ojos, los esposaron o los desnudaron.

También describen palizas continuas, violaciones, electrocuciones, falsas ejecuciones, quemaduras y otras agresiones. Algunos de los presos mueren a causa de estas torturas.

El Gobierno no es el único responsable de esos abusos: Amnistía Internacional ha documentado casos de tortura, flagelaciones y ejecuciones sumarias en las prisiones secretas de Estado Islámico.

Jonathan Schanzer, de la Fundación para la Defensa de las Democracias, se pregunta en este artículo si el presidente de la Autoridad Nacional Palestina es la respuesta correcta para avanzar hacia la paz.

Occidente confía en él porque puso fin a la segunda intifada (2000-2005). Los israelíes lo necesitan porque sus fuerzas en la Margen Occidental cooperan en materia de seguridad. En muchos sentidos, de hecho, Abás es el responsable de la prevención de una tercera intifada en el territorio que controla.

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A pesar de que los palestinos reclaman la ciudad como su capital, Jerusalén se encuentra fuera de la jurisdicción de Abás. Por otra parte, Abás lleva nueve años en un cargo que tiene una duración de cuatro y su popularidad está decayendo. A sus 79 años, puede estar pensando en su legado después de casi una década de negociaciones de paz fallidas y batallas intestinas que han dividido al pueblo palestino política y geográficamente. La pregunta clave es si Abás cree que puede hacer resucitar su suerte política en las calles palestinas apoyando los disturbios de Jerusalén.