Contextos

La emergencia de Emiratos

Por Jesús M. Pérez 

Emiratos Árabes Unidos.
"La resistencia del presidente Obama a intervenir en Siria en agosto de 2013, a pesar de que el régimen de Bashar al Asad había traspasado la 'línea roja' trazada por el propio Obama en 2012, y el reciente acuerdo nuclear con Irán son los síntomas de la retirada de Oriente Medio que el presidente de los Estados Unidos anunció como un “giro hacia Asia” en la cumbre de la APEC de 2011. Es por tanto comprensible que Emiratos haya adoptado una política exterior más activa e intervencionista en la región, ahora que tiene capacidad para ello"

Las monarquías del Consejo de Cooperación del Golfo sacaron rápidamente una lección de las caídas de los regímenes de Túnez y Egipto a principios de 2011. La mejor manera de predecir el resultado de los acontecimientos es intervenir para influir en el resultado. Así, cuando la violencia de las revueltas contra el régimen de Gadafi se convirtió en una guerra civil, Qatar y Emiratos Árabes Unidos apoyaron a los rebeldes con capital en Bengazi y se integraron en la coalición militar liderada por la OTAN. Esa lección ha sido llevada hasta sus últimas consecuencias en Yemen. Arabia Saudita y Emiratos Unidos han lanzado una intervención militar, la operación Flecha Dorada, en ese país para enfrentarse a las fuerzas huzis, aliadas de Irán. Arabia Saudita ya intervino en su país vecino en 2009, pero la presencia de fuerzas militares emiratíes marca un hito para EAU, que ha recorrido rápidamente un largo camino para convertirse en un actor relevante en la región.

Tradicionalmente, las monarquías árabes del Golfo Pérsico eran grandes importadoras de armamento occidental, pero sus fuerzas armadas adolecían de escasa operatividad. Las compras de armas eran la compensación implícita a Occidente por la protección militar frente a terceros. Cuando Estados Unidos, Reino Unido y Francia desplegaron fuerzas en 1990 para liberar Kuwait, sus militares encontraron que los ejércitos árabes mantenían almacenados muchos de los sistemas de armas comprados en la década anterior. Es un secreto a voces que las fuerzas armadas de los países de la región han dependido de oficiales, instructores y tropas pakistaníes bajo contrato. De hecho, las revueltas de la población chií en Arabia Saudita y Baréin ha llevado a ambos países a aumentar el reclutamiento de pakistaníes, lo que explica su reciente apoyo económico a Islamabad. El objetuvo de Emiratos Árabes Unidos, en cambio, ha sido convertirse en un país autónomo en el ámbito militar, para lo que ha desarrollado unas fuerzas armadas capaces y una industria militar autónoma.

EAU era en 2010 el segundo importador de armas de la región, y en el período 2005-2009 acaparó el 59% de las importaciones de grandes sistemas de armas convencionales. Cuando en 1998 el Gobierno emiratí anunció la compra del avión F-16E Block 60 como su futuro cazambombardero estableció el hito de que por primera vez en su historia Estados Unidos exportaba un avión de una versión más avanzada que la que tenía su fuerza aérea. EAU pagó 3.000 millones de dólares para el desarrollo del F-16E Block 60, adquiriendo el derecho a obtener el código fuente de los sistemas informáticos del avión y de cobrar royalties por futuras ventas del modelo. Además de grandes gastos en la importación de sistemas de defensa, EAU ha establecido acuerdos tecnológicos para desarrollar una industria local de defensa que produce desde los todoterreno blindados NIMR, diseñados con ayuda rusa, a la bomba guiada Al Tariq, diseñada en Sudáfrica.

Las especificaciones y requerimientos de la fuerza aérea de Emiratos Árabes Unidos han marcado también el desarrollo del avión de ataque ligero Iomax Archangel. Diseñado a partir del Air Tractor AT-802, un avión ligero para tareas agrícolas, la fuerza aérea de EAU es cliente de lanzamiento. El interés emiratí por un avión ligero, duro y barato de mantener, tan alejado de los sistemas de armas avanzados que suelen comprar las monarquías de la región, se debe a su implicación en varios conflictos en curso. Ejemplares de las versiones previas del Iomax Archangel procedentes de Emiratos han aparecido en Libia y Somalia en manos de grupos locales. Además, media docena fueron donados a Jordania.

En 2007 Emiratos desplegó de forma discreta en Afganistán un contingente de fuerzas especiales, principalmente miembros de la Guardia Presidencial, en el marco de su misión humanitaria en el país. El despliegue incluyó helicópteros de ataque Apache y a partir de 2012 cazambombarderos F-16. En un principio, las tropas sobre el terreno debían servir para proporcionar seguridad al personal emiratí de los proyectos de cooperación, pero terminaron implicadas en la lucha contra los talibán al lado de las fuerzas especiales estadounidenses. La misión en Afganistán así sirvió para obtener experiencia y mejorar la interoperatividad con países aliados. Desde 2009, la Guardia Presidencial emiratí la comanda el general Mike Hindmarsh, antiguo comandante en jefe de las fuerzas especiales australianas y las fuerzas australianas en Oriente Medio,

Pero mientras sus fuerzas armadas alcanzaban nuevas capacidades, el Gobierno emiratí contrató a Erick Prince, fundador de la empresa Blackwater, para crear una fuerza militar integrada por extranjeros y gestionada por la empresa Reflex Responses. Uno de los principales lugares de reclutamiento fue Colombia, donde se contrató a cientos de militares y policías con experiencia en la lucha contra las FARC.

Otra de las misiones encargadas a Erick Prince fue la creación en 2010 de la Fuerza de Policía Marítima de Puntlandia, una región de Somalia que servía de base de los principales grupos de piratas de la zona. La fuerza fue puesta en pie con capital emiratí e instructores sudafricanos. En 2012 tuvo un primer éxito con el rescate de la tripulación del carguero MV Iceberg I, que había permanecido secuestrado junto con su tripulación por más de dos años. A partir de aquel año los ataques piratas en el Cuerno de África comenzaron a reducirse.

El interés de Emiratos Árabes Unidos por la piratería frente a las costas de Somalia se debe a los intereses económicos que mantiene en el negocio del transporte marítimo, que se vieron afectados por el auge de la piratería en el Cuerno de África. Por ejemplo, el 1 de abril de 2011 el petrolero MV Arrilah-1, propiedad de la Abu Dhabi National Oil Company, fue secuestrado frente a las costas de Omán. Al día siguiente las fuerzas especiales emiratíes lo asaltaron, rescatando sin daños a la tripulación y deteniendo a los piratas, lo que fue una señal de que las fuerzas armadas emiratíes eran capaces ya de realizar misiones complejas.

Por si no fuera suficiente, se anunció en agosto de 2014 la instauración del servicio militar obligatorio para hombres y opcional para mujeres. El país además ha firmado acuerdos militares con París para ofrecer bases militares en su suelo. Así, Francia inauguró una base naval en el puerto de Abu Dhabi en mayo de 2009 y trasladó la 13ª Semibrigada de la Legión Extranjera de Yibuti a las cercanías de Abu Dhabi en 2011. Y la base aérea de Al Dhafra, en las cercanía de Abu Dhabi, es empleada por la fuerza aérea francesa en misiones contra el Estado Islámico.

En agosto de 2014 aviones egipcios y emiratíes atacaron fuerzas islamistas cerca de la capital de Libia. La acción pilló por sorpresa a Estados Unidos, que tenía hasta entonces en Emiratos Árabes Unidos un fiel aliado, pero que muestra ahora preocupación por lo que considera una política errada de Washington en el mundo árabe y Oriente Medio. La resistencia del presidente Obama a intervenir en Siria en agosto de 2013, a pesar de que el régimen de Bashar al Asad había traspasado la “línea roja” trazada por el propio Obama en 2012, y el reciente acuerdo nuclear con Irán son los síntomas de la retirada de Oriente Medio que el presidente de los Estados Unidos anunció como un “giro hacia Asia” en la cumbre de la APEC de 2011. Es por tanto comprensible que Emiratos haya adoptado una política exterior más activa e intervencionista en la región, ahora que tiene capacidad para ello.